Página 183 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

Basic HTML Version

La cadena de oro del amor, 16 de junio
Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros: como os he
amado, que también os améis los unos a los otros. En esto conocerán
todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Juan 13:34, 35
.
El amor de Cristo es una cadena de oro que une a los seres humanos finitos,
que creen en Jesucristo, con el Dios infinito. El amor que el Señor tiene por
sus hijos, sobrepasa todo conocimiento. Ninguna ciencia puede definirlo o
explicarlo. Ninguna sabiduría puede sondearlo.—
Carta 43, 1896
;
The S.D.A.
Bible Commentary 5:1141
.
El egoísmo y el orgullo entorpecen el amor puro que nos une en espíritu
con Jesucristo. Si se cultiva verdaderamente este amor, lo finito se unirá con
lo infinito, y todo se centrará en el Infinito. La humanidad se unirá con la hu-
manidad, y toda se unirá con el corazón del Amor Infinito. El amor santificado
de unos hacia otros es sagrado. En esta gran obra, el amor cristiano de unos
hacia otros—más elevado, más constante, más cortés y más desinteresado de
lo que se ha visto—, preserva la ternura cristiana, la benevolencia cristiana, la
cortesía, y reúne a la hermandad humana en el abrazo de Dios, reconociendo la
dignidad con la cual Dios ha investido los derechos del hombre.—
The S.D.A.
Bible Commentary 5:1140
.
La cadena dorada del amor, que une los corazones de los creyentes en
unidad, con vínculos de amistad y de amor, y en unidad con Cristo y el
Padre, realiza la perfecta conexión y da al mundo un testimonio del poder
del cristianismo que no puede ser controvertido. ... Entonces el egoísmo será
desarraigado y no existirá más. Entonces no habrá luchas ni divisiones. No
habrá obcecación en ninguno que esté unido con Cristo. Ninguno manifestará
la obcecada independencia del hijo descarriado e impulsivo, que desecha
la mano que se extiende para conducirlo, y tropieza y anda en sus propios
caminos.—
Carta 110, 1893
.
El amor es una planta tierna, y debe ser cultivada y apreciada, y las raíces
de la amargura deben ser arrancadas de su alrededor, a fin de que tenga lugar
para expandirse, y entonces llevará bajo su influencia a todos los poderes de
la mente, y del corazón, para que amemos a Dios sobre todas las cosas y a
nuestro prójimo como a nosotros mismos.—
Manuscrito 50, 1894, pp. 3
.
[176]
179