Página 191 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Desarraigad las plantas venenosas, 24 de junio
Y sobre todo, tened entre vosotros ferviente caridad; porque la caridad
cubrirá multitud de pecados.
1 Pedro 4:8
.
¡Cuán tierno debiera ser el vínculo que nos une! ¡Cuán cuidadosos debié-
ramos ser para tener nuestras palabras y acciones en armonía con las verdades
sagradas que Dios nos ha confiado! ...
Que vuestra conversación sea tal que no tengáis necesidad de arrepentiros
de ella. ... Si se pronuncia una palabra ofensiva para el carácter de un ami-
go o hermano, no estimuléis esa mala conversación, porque es la obra del
enemigo. Recordad al que habla que la Palabra de Dios prohibe esa clase de
conversación. ... El Redentor nos ha dicho que revelemos nuestro ejemplo al
mundo. Si apreciamos su Espíritu, si manifestamos su amor hacia los demás,
si guardamos los intereses de los demás, si somos bondadosos, pacientes,
perdonadores, el fruto que llevemos dará evidencia al mundo de que somos
hijos de Dios. ... Edificarnos unos a otros en la más santa fe es una obra
bendita; destruir es una obra llena de amargura y de tristeza. ...
Cada corazón tiene sus propias tristezas y fracasos, y debiéramos procurar
aliviar las cargas de los demás manifestando el amor de Jesús hacia aquellos
que nos rodean. Si nuestra conversación tuviera como tema el cielo y las cosas
celestiales, la maledicencia pronto cesaría de tener atracción sobre nosotros.
Entonces ya no estaríamos colocando nuestros pies sobre un terreno peligroso;
tampoco caeríamos en la tentación, siendo derrotados por el poder del mal.
En lugar de encontrar faltas en los demás, critiquémonos a nosotros mis-
mos. Cada uno debiera preguntarse: ¿Está mi corazón en rectitud delante de
Dios? ¿Estoy glorificando a mi Padre celestial? Si habéis abrigado un espíritu
incorrecto, desterradlo del alma. Erradicad de vuestro corazón todo lo que
sea de naturaleza contaminadora. Desarraigad toda raíz de amargura para que
otros no sean contaminados por esa influencia dañosa. No permitáis que una
planta venenosa permanezca en el terreno de vuestro corazón. Desarraigadla
ahora mismo, y cultivad en su lugar la planta del amor. Que Jesús sea entro-
nizado en el templo del alma. ... “Si nos amamos unos a otros, Dios está en
nosotros, y su amor es perfecto en nosotros”.
1 Juan 4:12
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The Review and
Herald, 25 de febrero de 1904
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