Página 257 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Los hábitos y la edificación del carácter, 26 de agosto
No entres por la vereda de los impíos, ni vayas por el camino de los
malos.
Proverbios 4:14
.
Pocos se dan cuenta del poder de los hábitos. La inspiración pregunta:
“¿Mudará el negro su pellejo, y el leopardo sus manchas?” y añade: “Así tam-
bién podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal”.
Jeremías
13:23
. Esta es una declaración solemne. ... Pero hay consuelo y ánimo en el
pensamiento de que si los malos hábitos adquieren tal fuerza que parece casi
imposible volverlos hacia la dirección correcta, el poder de los hábitos buenos
es igualmente fuerte. Los resultados de la obra diaria, sea la tendencia a ele-
varnos en la escala de la dignidad moral, o a empujarnos hacia abajo, hacia la
perdición, son influidos por los días que los han precedido. La derrota de hoy
prepara el camino para una derrota todavía mayor mañana. La victoria de hoy
asegura una victoria más fácil mañana. Entonces, cuán cuidadosos deberíamos
ser en preocuparnos de que los hábitos y los caracteres que estamos formando
ahora sean correctos y virtuosos. ...
Jóvenes amigos, sujetad vuestros pies de todos los caminos malos. ... Los
hombres deben disciplinarse para hacer el bien. Como Daniel pueden tener un
propósito celestial en sus corazones para no contaminar su alma o su cuerpo,
a pesar de la degeneración y la corrupción de su tiempo. Dios le concedió a
Daniel “conocimiento e inteligencia en todas letras y ciencia”.
Daniel 1:17
. Su
bendición asistió al hombre que se esforzó de acuerdo con la voluntad divina.
La misma ayuda todavía será concedida a todos los que sigan una conducta
similar, y que teniendo en vista la gloria de Dios practiquen la abstinencia y la
abnegación. Entre ellos y los complacientes de sí mismos se verá la misma
diferencia que había entre Daniel y sus compañeros y los demás jóvenes
de la corte del rey. Habrá una complexión vigorosa y una mirada clara, un
pulso firme, fortaleza y vigor intelectual, una aguda percepción de la verdad
espiritual.—
The Signs of the Times, 1 de enero de 1885
.
Recordemos que el carácter no es el resultado de un accidente, sino que día
a día se está formando para el bien o para el mal. Esta obra de la edificación
del carácter tiene una gran importancia, porque es de resultados abarcantes.
Somos edificadores para el tiempo y para la eternidad.—
Ibid
.
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