Página 292 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Caminando con Dios en un mundo corrompido, 29 de
septiembre
Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.
Génesis 5:24
.
La vida y el carácter de Enoc, que fueron tan santos que fué trasladado al
cielo sin ver la muerte, representan lo que deben ser la vida y el carácter de
aquellos que, como él, han de ser trasladados cuando Cristo venga. Su vida
fué lo que debiera ser la vida de cada individuo si permanece estrechamente
relacionado con Dios. Deberíamos recordar que Enoc vivió rodeado por
influencias tan depravantes que Dios trajo el diluvio sobre el mundo para
destruir a sus habitantes a causa de su corrupción. ...
Cuando Cristo venga nuestros cuerpos han de ser transformados y hechos
como su cuerpo glorioso; pero el carácter vil no será hecho santo entonces.
La transformación del carácter debe ocurrir antes de su venida. Nuestras
naturalezas deben ser puras y santas; debemos tener la mente de Cristo, para
que él contemple con placer su imagen reflejada sobre nuestras almas. ... José
conservó su integridad cuando estuvo rodeado por los idólatras de Egipto, en
medio del pecado y la blasfemia y de las influencias corruptoras. Cuando fué
tentado a apartarse de la senda de la virtud, su respuesta fué: “¿Cómo, pues,
haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?”.
Génesis 39:9
. Enoc, José y
Daniel dependieron de la fortaleza que era infinita. Esta es la única senda de
seguridad que los cristianos pueden seguir hoy en día. ...
Las vidas de aquellos hombres notables estaban ocultas con Cristo en
Dios. Fueron leales a Dios en medio de la infidelidad, puros en medio de la
depravación, y devotos y fervientes cuando entraron en contacto con el ateísmo
y la idolatría. Por fe reunieron para sí aquellas propiedades que eran favorables
al desarrollo de caracteres puros y santos; así debe acontecer con nosotros.
Cualquiera sea nuestra posición, no importa cuán repulsivo o fascinante sea
lo que nos rodea, la fe puede extenderse por encima de todo y encontrar el
Espíritu Santo.
El espíritu que poseían Enoc, José y Daniel puede estar en nosotros. Pode-
mos extraerlo de la misma fuente de fortaleza, y desarrollar la misma capacidad
de autocontrol; y las mismas gracias brillarán en nuestras vidas.—
The Review
and Herald, 1 de septiembre de 1885
.
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