Página 30 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Esperanza para el desesperanzado, 21 de enero
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos; y
vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el
cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros
pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Isaías
55:7, 8
.
Ud. piensa que sus errores y transgresiones han sido tan gravosos al
Señor, que él no ... lo salvará. Cuanto más se acerque a Jesús, tanto más
culpable aparecerá ante sus propios ojos, porque su visión será más clara, y
sus imperfecciones serán vistas en un contraste más nítido con su perfecta
naturaleza. Pero no se desanime. Esta es una evidencia de que los engaños de
Satanás han perdido su poder; de que la influencia vivificante del Espíritu de
Dios está surgiendo en Ud., y que su indiferencia y despreocupación están
desapareciendo.
Ningún amor profundo por Jesús puede morar en el corazón de aquellos
que no ven ni comprenden su propia pecaminosidad. El alma que es trans-
formada por la gracia, admirará su carácter divino; pero si no vemos nuestra
propia deformidad moral, es una evidencia inequívoca de que no hemos tenido
una visión de la belleza y excelencia de Cristo. Cuanto menos cosas de estima
veamos en nosotros mismos, tanto más veremos para apreciar en la infinita pu-
reza y amor de nuestro Salvador. Una visión de nuestra propia pecaminosidad
nos conduce hacia Aquel que puede perdonar. ...
Dios no trata con nosotros de la manera en que un hombre finito trata
con otro. Sus pensamientos son pensamientos de misericordia, amor y tierna
compasión. ... El dice: “Yo deshice como a nube tus rebeliones ...”.
Isaías
44:22
.
Mire hacia arriba, Ud. que está en dificultades, tentado y desanimado.
Mire hacia arriba. Siempre es seguro mirar hacia arriba; mirar hacia abajo
resulta fatal. Si Ud. mira hacia abajo, la tierra vacila y se bambolea; debajo de
Ud., ninguna cosa es segura. Pero el cielo, por encima de Ud., está en calma
y firme, y hay ayuda divina para todo aquel que sube. La mano del Infinito
se extiende desde las almenas del cielo para asir la suya en un fuerte apretón.
El poderoso Ayudador está cerca para bendecir, levantar y animar a los que
más yerran, a los más pecadores, si ellos quieren contemplarlo por fe. Pero el
pecador debe contemplarlo.—
The Review and Herald, 17 de febrero de 1885,
pp. 98
.
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