Página 307 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

Basic HTML Version

El habla es un talento precioso, 12 de octubre
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás
condenado.
Mateo 12:37
.
Dios le ha dado a cada joven el talento del habla para que sea aprovechado
para él. Esta es una verdad muy importante. ... Que vuestras palabras sean
vivificadoras, y que induzcan a contemplar al Salvador a aquellos que os
rodean. Que den luz en vez de oscuridad, armonía en lugar de animosidad.
No digáis nada que no quisierais decir ante la presencia de Jesús y de los
ángeles. No pronunciéis ninguna palabra que despierte la disensión en otro
corazón. No importa cuán provocados seáis, detened la palabra apresurada.
Si sois semejantes a Cristo en las palabras y las acciones, aquellos que se
asocien con vosotros serán bendecidos por esa asociación. Las palabras y las
obras correctas ejercen una influencia más poderosa para el bien que todos los
sermones que puedan ser predicados.—
The Youth’s Instructor, 1 de enero de
1903, pp. 4
.
Cuidémonos de hablar palabras desanimadoras. Resolvamos no dedicarnos
nunca a la difamación y a la crítica. Rehusemos servir a Satanás plantando
semillas de duda. Guardémonos de abrigar la incredulidad, o de expresarla
a otros. Muchas veces he deseado que pudiera hacerse circular una tarjeta
que tenga una promesa solemne de pronunciar únicamente las palabras que
son agradables para Dios. Hay tanta necesidad de esta promesa como la hay
de una contra el uso del licor intoxicante. Comencemos por disciplinar la
lengua, recordando siempre que podemos hacer esto únicamente disciplinando
la mente; “Porque de la abundancia del corazón habla la boca”.
Mateo 12:34
.
Seremos capaces de aprender a controlar la lengua mediante la ayuda que
Cristo puede conceder. Aunque él fuera probado severamente en lo que se
refiere a hablar palabras airadas y apresuradas, nunca pecó con sus labios.
Hizo frente con una paciente calma, a las burlas, a la mofa, y al ridículo de
sus compañeros de trabajo, junto al banco de carpintero. En lugar de contestar
con enojo, comenzaba a cantar uno de los hermosos salmos de David; y sus
compañeros, antes de comprender lo que estaban haciendo, se unían con él en
el himno. ¡Qué transformación se realizaría en este mundo si los hombres y
las mujeres siguieran el ejemplo de Cristo en el empleo de las palabras!—
The
Review and Herald, 26 de mayo de 1904
.
[294]
303