Página 370 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Un mensaje lleno de aliento, 11 de diciembre
Yo reprendo y castigo a todos los que amo: sé pues celoso, y
arrepiéntete.
Apocalipsis 3:19
.
El consejo del Testigo Fiel no representa a aquellos que son tibios como
una causa sin esperanza. Todavía hay una oportunidad para que remedien
su condición, y el mensaje laodicense está lleno de ánimo. ... La pureza del
corazón, la pureza de los motivos, todavía puede ser una característica de
aquellos que están desanimados y se esfuerzan por servir a Dios y a Mammón.
Tod vía pueden lavar sus vestidos del carácter y emblanquecerlos en la sangre
del Cordero.—
The Review and Herald, 28 de agosto de 1894
.
El oro de la fe y el amor, la vestidura blanca de un carácter inmaculado,
y el colirio, o el poder del claro discernimiento entre el bien y el mal, todo
esto lo debemos obtener antes de que podamos entrar en el reino de Dios.
Pero estos preciosos tesoros no nos vendrán sin que nosotros nos ejercitemos
de alguna manera. Debemos comprar, debemos ser celosos y arrepentirnos
de nuestra condición de tibieza. Debemos estar despiertos para ver nuestros
errores, para buscar nuestros pecados, y para quitarlos de nosotros. ...
Son los méritos de Cristo los que pueden salvarnos, su sangre la que
puede limpiarnos. Pero podemos hacer esfuerzos. Podemos hacer lo que esté
a nuestro alcance, ser celosos y arrepentirnos, y entonces creer que Dios nos
acepta. ...
Todo el cielo está interes do en nuestra salvación; ¿y seremos indiferentes?
¿Seremos descuidados, como si fuera de poca importancia el hecho de que nos
salvemos o nos perdamos? ¿Despreciaremos el sacrificio que ha sido hecho
por nosotros? ...
Los profesos seguidores de Cristo serán probados en el tiempo de peli-
gro que se extiende ante nosotros. No permanecerá firme ninguno a no ser
aquellos que han tenido una profunda y viva experiencia en las cosas de Dios.
Entonces se probará la obra de todos; si es oro, plata y piedras preciosas, serán
amparados con seguridad, como si estuvieran en lo secreto del pabellón del
Señor. ...
Sólo aquellos que quieren sacrificarse por la vida eterna la conseguirán;
pero requiere sufrimiento, requiere la crucifixión del yo y el sacrificio de cada
ídolo. El peso de gloria sobremanera grande y eterno sobrepasará todo tesoro
terreno, y eclipsará toda atracción terrena.—
The Review and Herald, 4 de
septiembre de 1883
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