Página 253 - Obreros Evang

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El examen propio
En la conducta de los predicadores hay mucho que puede ser
mejorado. Muchos ven y sienten su deficiencia, mas parecen igno-
rar la influencia que ejercen. Son conscientes de sus acciones al
ejecutarlas, pero las olvidan, y por lo tanto no se reforman.
Sometan los predicadores sus acciones de cada día a una refle-
xión cuidadosa y a una recapitulación minuciosa, con el objeto de
conocer mejor sus hábitos de vida. Si escudriñasen detenidamente
cada circunstancia de la vida diaria, conocerían mejor sus propios
motivos y los principios que los rigen. Esta recapitulación diaria
de nuestros hechos, para ver si nuestra conciencia nos aprueba o
condena, es necesaria para todos aquellos que quieran alcanzar la
perfección del carácter cristiano. El examen detenido de muchos
actos que pasan por buenas obras, aun acciones de benevolencia,
revelará, cuando se los investiga detenidamente, que ellos han sido
impulsados por malos motivos.
Muchos reciben aplausos por virtudes que no poseen. El que
escudriña los corazones pesa los motivos, y muchas veces acciones
calurosamente aplaudidas por los hombres son registradas por él
como provenientes del egoísmo y la baja hipocresía. Cada acto de
nuestra vida, ora sea excelente y digno de loor, o merecedor de
censura, es juzgado por Aquel que escudriña los corazones según
los motivos que lo produjeron.
Muchos descuidan de mirarse en el espejo que revela los defectos
del carácter; y, por lo tanto, siguen abrigando deformidades y pecado,
que son visibles para otros, aun cuando ellos no los entiendan. El
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odioso pecado del egoísmo existe en extenso grado, aun en algunos
de los que profesan estar consagrados a la obra de Dios. Si ellos
quisieran comparar su carácter con los requisitos de él, especialmente
con la gran norma de la santa ley de Dios, descubrirían, al investigar
con fervor y sinceridad, que son terriblemente faltos. Pero algunos
no están dispuestos a mirar bastante lejos ni bastante hondo para
ver la depravación de sus propios corazones. Son faltos en muchos
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