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Obreros Evangélicos
¿cuánto tiempo duró su edificación? No tardó en caer; porque no
estaba fundada sobre la Roca.
¿No tuvieron los primeros discípulos que hacer frente a los
dichos de los hombres? ¿No tuvieron que oír falsas teorías; y luego,
habiendo hecho todo, permanecer firmes, diciendo: “Nadie puede
poner otro fundamento que el que está puesto”? Así también nosotros
hemos de retener firme hasta el fin el principio de nuestra confianza.
Palabras de poder han sido enviadas por Dios y por Cristo a su
pueblo, para sacarlo del mundo, y llevarlo, punto por punto, a la clara
luz de la verdad presente. Con labios tocados por el fuego santo, los
siervos de Dios han proclamado el mensaje. La expresión divina ha
puesto su sello sobre la veracidad de la verdad proclamada.
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Una renovación del testimonio directo
El Señor pide una renovación del testimonio directo dado en
lo pasado. Pide una renovación de la vida espiritual. Las energías
espirituales de su pueblo han estado largo tiempo entorpecidas, pero
debe haber una resurrección de la muerte aparente. Por oración y
confesión de pecados, debemos aparejar el camino del Rey. Mientras
lo hagamos, el poder del Espíritu bajará sobre nosotros. Necesita-
mos la energía de Pentecostés. Y ésta vendrá; porque el Señor ha
prometido enviar su Espíritu como poder conquistador.
Nos confrontan tiempos peligrosos. Todo aquel que tenga un
conocimiento de la verdad debe despertarse, y colocarse en cuerpo,
alma y espíritu, bajo la disciplina de Dios. El enemigo nos está
siguiendo. Debemos estar bien despiertos, en guardia contra él. De-
bemos revestirnos de toda la armadura de Dios. Debemos seguir
las indicaciones dadas por medio del espíritu de profecía. Debemos
amar y obedecer la verdad para este tiempo. Esto nos salvará de
aceptar fuertes engaños. Dios nos ha hablado mediante su Palabra.
Nos ha hablado por medio de los testimonios dados a la iglesia, y
por medio de los libros que han contribuido a aclarar nuestro deber
actual y la posición que debemos ocupar ahora. Deben oírse las amo-
nestaciones que han sido dadas, renglón tras renglón, precepto tras
precepto. Si las pasamos por alto, ¿qué excusa podremos presentar?
Ruego a los que trabajan para Dios que no acepten lo espurio
por verdadero. No se ponga ningún raciocinio humano en lugar de