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Obreros Evangélicos
de oración. Es un pecado ser negligentes en cuanto al estudio de la
Palabra mientras se intenta enseñarla a otros. Aquellos que sienten
el valor de las almas se dan cuenta de que hay demasiado en juego
para que ellos se atrevan a ser descuidados en cuanto a su propio
progreso en el conocimiento divino, y huyen a la fortaleza de la
verdad, donde pueden obtener sabiduría, conocimiento y fuerza para
hacer las obras de Dios. No se dan descanso antes de haber recibido
una unción de lo alto.
Al hacer de la Palabra de Dios una constante compañera suya,
el obrero obtiene más capacidad para trabajar. Al adelantar conti-
nuamente en conocimiento, viene a ser más capaz de representar a
Cristo. Queda fortalecido en fe, y puede presentar a los incrédulos
una prueba de la plenitud de la gracia y el amor que hay en Cristo. Su
mente es un alfolí, del cual puede sacar para suplir las necesidades
de los demás. Por la obra del Espíritu Santo la verdad se graba en su
mente, y aquellos a quienes comunica él la verdad, y de los cuales
deberá dar cuenta un día, quedan bendecidos en gran medida. Aquel
que de esta manera obtiene una preparación para el ministerio. tiene
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derecho a la recompensa prometida a aquellos que atraen a muchos
a la justicia.
La lectura de obras referentes a nuestra fe, la de los argumentos
ajenos, es una ayuda excelente e importante, pero no es la que dará
a la mente su mayor fuerza. La Biblia es el mejor libro del mundo
para dar cultura intelectual. Su estudio ejercita la mente, fortalece la
memoria y aguza el intelecto más que el estudio de todos los temas
abarcados por la filosofía humana. Los grandes temas que presenta,
la digna sencillez con que son tratados estos temas en ella, la luz
que derrama sobre los grandes problemas de la vida, reportan fuerza
y vigor al entendimiento.
En el gran conflicto que vamos a tener que afrontar, el que quiera
mantenerse fiel a Cristo deberá penetrar más hondo que las opiniones
y doctrinas de los hombres. Mi mensaje a los predicadores jóvenes y
ancianos, es éste: Observad celosamente vuestras horas de oración,
estudio de la Biblia y examen de conciencia. Poned aparte una
porción de cada día para estudiar las Escrituras y comulgar con Dios.
Así obtendréis fuerza espiritual, y creceréis en el favor de Dios.
El solo puede darnos aspiraciones nobles; él solo puede moldear
el carácter según la semejanza divina. Acercaos a él en oración