Página 96 - El otro Poder (1996)

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El otro Poder
sus oraciones sean breves, porque así sus artículos serán mucho más
interesantes...
Espero y oro para que puedan hacer de
The Herald of Health
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un agente viviente, vocal y vital en favor del bien. No le permitan
volverse prosaico. Háganlo sabroso con la fragancia de la verdad
pura. Este es un sabor de vida para vida.—
Carta 137, 1900
.
Recetas para las revistas de salud
—Se reúnen e incluyen en
nuestras revistas de salud recetas basadas en el antiguo plan de
preparación de alimentos. Esto no está bien. Sólo deberían publicarse
en nuestras revistas las recetas para preparar los alimentos más
sencillos, simples y saludables. No podemos esperar que los que han
satisfecho su complicado apetito durante toda la vida comprendan
cómo preparar alimentos que sean saludables, sencillos y apetitosos.
Esta es la ciencia que cada sanatorio y restaurante de salud ha de
enseñar.
Hemos de enseñar a la gente cómo preparar platos que no sean
costosos, sino saludables y sabrosos. Nunca debería aparecer en
nuestras revistas de salud una receta que perjudique nuestra repu-
tación como reformadores de la salud.—
Carta 201, 1902
.
Mantengámonos cerca de la gente
—No debemos ir más rápi-
do de lo que puedan avanzar con nosotros aquellos cuyas conciencias
e intelectos estén convencidos de las verdades que proponemos. De-
bemos alcanzar a la gente donde está. Algunos hemos demorado
más tiempo en comprender y adoptar la reforma pro salud. Lograr
una reforma en la dieta alimentaria es una obra lenta. Tenemos que
afrontar apetitos endurecidos, porque el mundo se ha dado a la glo-
tonería. Si permitiéramos que la gente tome tanto tiempo como el
que nos llevó a nosotros llegar hasta el avanzado estado de reforma
en que nos encontramos, seríamos muy pacientes con ellos, y les
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permitiríamos avanzar paso a paso, como lo hicimos nosotros, hasta
que sus pies estén firmemente afianzados sobre la plataforma de
la reforma pro salud. Pero deberíamos ser muy cautelosos en no
avanzar demasiado velozmente, para no tener que retroceder. En las
reformas, haríamos mejor en avanzar hasta estar a un paso del ideal,
y no un paso más allá de él. Si hubiera un error, que favorezca a la
gente.
Sobre todo, no deberíamos patrocinar posiciones mediante la
pluma que no hayamos probado en forma práctica en nuestras fami-