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Capítulo 20—Orando en el nombre de Jesús
En la oración, el nombre de Jesús es el vínculo entre la hu-
manidad y Dios
—Nuestras peticiones ascienden al Padre en el
nombre de Cristo. Él intercede a favor nuestro, y el Padre abre todos
los tesoros de su gracia para que nos apropiemos de ellos, para que
los disfrutemos e impartamos a los demás. “Pedid en mi nombre—
dice Cristo—. No os digo que yo oraré al Padre por vosotros, porque
el Padre mismo os ama. Haced uso de mi nombre. Esto hará eficaces
vuestras oraciones, y el Padre os otorgará las riquezas de su gracia.
Por lo tanto, pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo”.
Cristo es el vínculo entre Dios y el hombre. Ha prometido in-
terceder personalmente por nosotros. Él pone toda la virtud de su
justicia del lado del suplicante. Implora a favor del hombre, y el
hombre, necesitado de la ayuda divina, implora a favor de sí mismo
ante la presencia de Dios, valiéndose de la influencia de Aquel que
dio su vida para que el mundo tenga vida. Al reconocer ante Dios
nuestro aprecio por los méritos de Cristo, nuestras intercesiones reci-
ben un toque de incienso fragante. Al allegarnos a Dios en virtud de
los méritos del Redentor, Cristo nos acerca a su lado, abrazándonos
con su brazo humano, mientras que con su brazo divino se ase del
trono del Infinito. Vierte sus méritos, cual suave incienso, dentro
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del incensario que tenemos en nuestras manos, para dar estímulo a
nuestras peticiones. Promete escuchar y contestar nuestras súplicas.
Sí, Cristo se ha convertido en el cauce de la oración entre el
hombre y Dios. También se ha convertido en el cauce de bendición
entre Dios y el hombre. Ha unido la divinidad con la humanidad. Los
hombres deberán cooperar con él para la salvación de sus propias
almas, y luego esforzarse fervorosa y perseverantemente para salvar
a los que están a punto de morir.—
Testimonios para la Iglesia 8:190
.
Hasta entonces los discípulos no conocían los recursos y el poder
ilimitado del Salvador. Él les dijo: “Hasta ahora nada habéis pedido
en mi nombre”. Explicó que el secreto de su éxito consistiría en
pedir fuerza y gracia en su nombre. Estaría delante del Padre para
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