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El poder de la oración
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el pueblo después que, con súplica ferviente, se presenten delante
de Dios.—
The Review and Herald, 20 de octubre de 1896
.
No valoramos debidamente el poder de la oración
—No reco-
nocemos debidamente el valor del poder y la eficacia de la oración.
La oración y la fe harán lo que ningún poder en la tierra podrá ha-
cer. Raramente nos encontramos dos veces en la misma situación.
Hemos de pasar continuamente por nuevos escenarios y nuevas prue-
bas, en que la experiencia pasada no puede ser una guía suficiente.
Debemos tener la luz continua que procede de Dios.—
El Ministerio
de Curación, 407
.
La oración nos conserva en el poder de Dios
—La fuerza ad-
quirida por la oración a Dios nos preparará para nuestros deberes
cotidianos. Las tentaciones a que estamos diariamente expuestos
hacen de la oración una necesidad. A fin de ser mantenidos por el
poder de Dios mediante la fe, los deseos de la mente debieran ascen-
der continuamente en oración silenciosa. Cuando estamos rodeados
por influencias destinadas a apartarnos de Dios, nuestras peticiones
de ayuda y fuerza deben ser incansables. A menos que así sea, nunca
tendremos éxito en quebrantar el orgullo y en vencer el poder que
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nos tienta a cometer excesos pecaminosos que nos apartan del Sal-
vador. La luz de la verdad que santifica la vida, descubrirá al que la
recibe las pasiones pecaminosas de su corazón que se esfuerzan por
tener el señorío y que hacen necesario tener todo nervio en tensión
y ejercitar todas las facultades para resistir a Satanás y vencer por
los méritos de Cristo.—
Mensajes para los Jóvenes, 246
.
El poder divino espera por aquellos que lo desean
—Usted
debe poseer un sentido profundo y permanente de las cosas eternas
y aquel amor por la humanidad que Cristo demostró en su vida.
Una estrecha relación con el cielo le dará el tono adecuado a su
fidelidad y constituirá el fundamento de su éxito. Su sentimiento
de dependencia debe conducirlo a la oración y su sentido del deber
debe llamarlo al esfuerzo. La oración y el esfuerzo, el esfuerzo y
la oración, deberán ser el negocio de su vida. Debe orar como si
la eficiencia y la alabanza se debieran a Dios, y trabajar como si el
deber fuera suyo propio. Si desea poder, puede tenerlo, puesto que
está esperando que lo use. Tan sólo crea en Dios, crea en su Palabra,
actúe con fe y recibirá las bendiciones.—
Consejos Sobre la Salud,
364
.