Página 268 - Primeros Escritos (1962)

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Primeros Escritos
Mesías. Satanás indujo a aquellos que habían rechazado el mensaje
de Juan a que fuesen aun más lejos, a saber, que rechazasen y cruci-
ficasen a Cristo. Al obrar así, se situaron donde no pudieron recibir
la bendición de Pentecostés, que les habría enseñado el camino al
santuario celestial. El desgarramiento del velo en el templo demos-
tró que los sacrificios y los ritos judaicos no serían ya recibidos. El
gran sacrificio había sido ofrecido y aceptado, y el Espíritu Santo
que descendió en el día de Pentecostés dirigió la atención de los
discípulos desde el santuario terrenal al celestial, donde Jesús había
entrado con su propia sangre, para derramar sobre sus discípulos
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los beneficios de su expiación. Pero los judíos fueron dejados en
tinieblas totales. Perdieron toda la luz que pudieran haber tenido
acerca del plan de salvación, y siguieron confiando en sus sacrificios
y ofrendas inútiles. El santuario celestial había reemplazado al terre-
nal, pero ellos no tenían noción del cambio. Por lo tanto no podían
recibir beneficios de la mediación de Cristo en el lugar santo.
Muchos miran con horror la conducta seguida por los judíos
al rechazar a Cristo y crucificarle; y cuando leen la historia del
trato vergonzoso que recibió, piensan que le aman, y que no le
habrían negado como lo negó Pedro, ni le habrían crucificado como
lo hicieron los judíos. Pero Dios, quien lee en el corazón de todos,
probó aquel amor hacia Jesús que ellos profesaban tener. Todo el
cielo observó con el más profundo interés la recepción otorgada
al mensaje del primer ángel. Pero muchos que profesaban amar a
Jesús, y que derramaban lágrimas al leer la historia de la cruz, se
burlaron de las buenas nuevas de su venida. En vez de recibir el
mensaje con alegría, declararon que era un engaño. Aborrecieron a
aquellos que amaban su aparición y los expulsaron de las iglesias.
Los que rechazaron el primer mensaje no pudieron recibir beneficio
del segundo; tampoco pudo beneficiarles el clamor de media noche,
que había de prepararlos para entrar con Jesús por la fe en el lugar
santísimo del santuario celestial. Y por haber rechazado los dos
mensajes anteriores, entenebrecieron de tal manera su entendimiento
que no pueden ver luz alguna en el mensaje del tercer ángel, que
muestra el camino que lleva al lugar santísimo. Vi que así como los
judíos crucificaron a Jesús, las iglesias nominales han crucificado
estos mensajes y por lo tanto no tienen conocimiento del camino
que lleva al santísimo, ni pueden ser beneficiados por la intercesión