Página 102 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
al presentar su ofrenda. Hay constructores de torres en nuestros días.
Los incrédulos formulan sus teorías sobre supuestas deducciones
de la ciencia, y rechazan la palabra revelada de Dios. Pretenden
juzgar el gobierno moral de Dios; desprecian su ley y se jactan de
la suficiencia de la razón humana. Y, “si no se ejecuta enseguida la
sentencia para castigar una mala obra, el corazón de los hijos de los
hombres se dispone a hacer lo malo”.
Eclesiastés 8:11
.
En el mundo que profesa ser cristiano, muchos se alejan de las
claras enseñanzas de la Sagrada Escritura y construyen un credo
fundado en especulaciones humanas y fábulas agradables; y señalan
su torre como una manera de subir al cielo. Los hombres penden
admirados de los labios elocuentes, que enseñan que el transgresor
no morirá, que la salvación se puede obtener sin obedecer a la ley de
Dios. Si los que profesan ser discípulos de Cristo aceptaran las nor-
mas de Dios, se unirían entre sí; pero mientras se exalte la sabiduría
humana sobre la santa Palabra, habrá divisiones y disensiones. La
confusión existente entre los credos y sectas contrarias se representa
adecuadamente por el término “Babilonia”, que la profecía aplica a
las iglesias mundanas de los últimos días.
Muchos procuran hacerse un cielo adquiriendo riquezas y poder.
“Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; hablan con alta-
nería” (
Salmos 73:8
), pisotean los derechos humanos, y desprecian
la autoridad divina. Podrán los orgullosos ejercer momentáneamente
gran poder y tener éxito en todas sus empresas; pero al fin solo
encontrarán desilusión y miseria.
El tiempo de la investigación de Dios ha llegado. El Altísimo
descenderá para ver lo que los hijos de los hombres han construído.
Su poder soberano se revelará; las obras del orgullo humano serán
abatidas. “Desde los cielos miró Jehová; vio a todos los hijos de
los hombres; desde el lugar de su morada miró sobre todos los ha-
bitantes de la tierra”. “Jehová hace nulo el plan de las naciones y
frustra las maquinaciones de los pueblos. El plan de Jehová perma-
necerá para siempre; los pensamientos de su corazón, por todas las
generaciones”.
Salmos 33:13, 14, 10, 11
.
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