Capítulo 72—La rebelión de Absalón
Este capítulo está basado en 2 Samuel 13 a 19.
“Debe pagar cuatro veces el valor de la cordera”. Esta fue la
sentencia que David había dictado inconscientemente contra sí mis-
mo, al oír la parábola del profeta Natán; y debía ser juzgado en
conformidad con su propia sentencia. Iban a caer cuatro de sus hijos,
y la pérdida de cada uno de ellos sería el resultado del pecado del
padre.
David dejó pasar desapercibido el crimen vergonzoso de Amnón,
el primogénito, sin castigarlo ni reprenderlo. La ley castigaba con la
muerte al adúltero, y el crimen desnaturalizado de Amnón lo hacía
doblemente culpable. Pero David, sintiéndose él mismo condenado
por su propio pecado, no llevó al delincuente a la justicia. Durante
dos largos años, Absalón, el protector natural de la hermana tan
vilmente agraviada, ocultó su propósito de venganza, pero tan solo
para dar un golpe más certero al fin. En un festín de los hijos del
rey, el borracho e incestuoso Amnón fue muerto por orden de su
hermano.
Un castigo doble había caído sobre David. Se le llevó este te-
rrible mensaje: “Absalón ha dado muerte a todos los hijos del rey;
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ninguno de ellos ha quedado. Levantándose entonces David, rasgó
sus vestidos y se echó en tierra; todos los criados que estaban junto
a él, también se rasgaron los vestidos”. Véase
2 Samuel 13-19
.
Los hijos del rey, al regresar alarmados a Jerusalén, le revelaron
a su padre la verdad: sólo Amnón había muerto. “Y alzando su voz
lloraron. Y también el mismo rey y todos sus siervos lloraron con
muy grandes lamentos”. Pero Absalón huyó a Talmai, rey de Gesur
y padre de su madre.
Como a otros de los hijos de David, a Amnón se le había permi-
tido acostumbrarse a satisfacer sus gustos y apetitos egoístas. Había
procurado conseguir todo lo que pensaba en su corazón, haciendo
caso omiso de los mandamientos de Dios. A pesar de su gran pe-
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