Página 725 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Apéndice
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Nota 11. Pág. 591. Hay quienes preguntan: Si el gobierno teocrático
convenía en la época de Israel, ¿no tendría aplicación en este tiempo
esa forma de gobierno? La contestación es sencilla:
Una teocracia es un gobierno que deriva su poder directamente
de Dios. El gobierno de Israel era una verdadera teocracia. Era
realmente un gobierno ejercido por Dios. En la zarza ardiente, Dios
encomendó a Moisés que sacara a su pueblo de Egipto. Mediante
señales y prodigios, Dios libró a Israel de Egipto, y lo condujo por el
desierto, y finalmente lo llevó a la tierra prometida. Allí lo gobernó
por medio de jueces, hasta “Samuel, el profeta”, a quien Dios habló
cuando era aún niño, y por medio de quien hizo conocer su voluntad.
En los días de Samuel, el pueblo solicitó tener un rey. Lo solicitado
fue otorgado, y Dios escogió a Saúl, y Samuel lo ungió como rey
de Israel. Saúl no hizo la voluntad de Dios; y como rechazó y
menospreció la palabra del Señor, Dios lo rechazó como rey, y envió
a Samuel a que ungiera a David rey de Israel; el Señor estableció el
trono de David para siempre. Cuando Salomón sucedió a su padre
David en el trono, el relato bíblico dice: “Se sentó Salomón como rey
en el trono de Jehová en lugar de su padre David”.
1 Crónicas 29:23
.
El trono de David era el trono del Señor, y Salomón se sentó en el
trono de Jehová como rey del reino terrenal de Dios. La sucesión al
trono siguió por el linaje de David hasta Sedecías, quien se sometió
al rey de Babilonia, al cual prometió solemnemente, ante Dios, que
le permanecería fiel. Pero Sedecias rompió su pacto; y entonces Dios
le dijo:
“Respecto a ti, profano e impío príncipe de Israel, cuyo día ya ha
llegado, el tiempo de la consumación de la maldad, así ha dicho
Jehová, el Señor: ¡Depón el turbante, quita la corona! ¡Esto no
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será más así! Sea exaltado lo bajo y humillado lo alto. ¡A ruina, a
ruina, a ruina lo reduciré, y esto no será más, hasta que venga aquel
a quien corresponde el derecho, y yo se lo entregaré!”
Ezequiel
21:25-27
; véase también
17:1-21
.
El reino era entonces súbdito de Babilonia. Cuando cayó Babilonia
y Medo-Persia le sucedió, fue tomado del revés la primera vez.
Cuando cayó Medo-Persia, y le sucedió Grecia, fue tomado del revés
la segunda vez. Cuando el Imperio Griego perdió la supremacía y le
sucedió en ella el Imperio Romano, fue tomado del revés la tercera
vez. Y entonces dice la Palabra: “Hasta que venga aquel cuyo es el