Página 379 - Profetas y Reyes (1957)

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“Los profetas de Dios que les ayudaban”
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los dirigentes que el permiso concedido a los judíos para reedificar
estaba por serles retirado, y el futuro se les presentaba muy sombrío.
Dios vió que su pueblo necesitaba ser sostenido y alentado por una
revelación de su compasión y amor infinitos.
Zacarías oyó en visión al ángel del Señor preguntar: “Oh Jehová
de los ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalem,
y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado por
espacio de setenta años? Y Jehová respondió buenas palabras—
declaró Zacarías,—palabras consolatorias a aquel ángel que hablaba
conmigo.
“Y díjome el ángel que hablaba conmigo: Clama diciendo: Así
ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé a Jerusalem y a Sión con
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gran celo: y con gran enojo estoy airado contra las gentes que están
reposadas; porque yo estaba enojado un poco, y ellos ayudaron para
el mal. Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo me he tornado a Jerusalem
con miseraciones; en ella será edificada mi casa, ... y la plomada
será tendida sobre Jerusalem.”
Zacarías 1:12-16
.
Se le indicó luego al profeta que debía predecir: “Así dice Jehová
de los ejércitos: Aun serán ensanchadas mis ciudades por la abun-
dancia del bien; y aun consolará Jehová a Sión, y escogerá todavía a
Jerusalem.”
Vers. 17
.
A continuación Zacarías vió, bajo el símbolo de cuatro cuernos,
las potencias que “aventaron a Judá, a Israel, y a Jerusalem.” Inme-
diatamente después vió a cuatro carpinteros que representaban los
instrumentos usados por el Señor para restaurar a su pueblo y su
casa de culto.
Vers. 18-21
.
Zacarías dijo: “Alcé después mis ojos, y miré, y he aquí un
varón que tenía en su mano un cordel de medir. Y díjele: ¿A dónde
vas? Y él me respondió: A medir a Jerusalem, para ver cuánta es
su anchura y cuánta su longitud. Y he aquí, salía aquel ángel que
hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro, y díjole: Corre,
habla a este mozo, diciendo: Sin muros será habitada Jerusalem a
causa de la multitud de los hombres, y de las bestias en medio de
ella. Yo seré para ella, dice Jehová, muro de fuego en derredor, y
seré por gloria en medio de ella.”
Zacarías 2:1-5
.
Dios había ordenado que Jerusalén fuese reedificada; y la visión
relativa a la medición de la ciudad aseguraba que él daría consuelo
y fortaleza a sus afligidos y cumpliría en su favor las promesas de su