Página 453 - Profetas y Reyes (1957)

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La venida del libertador
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de Dios, fortalecían su fe meditando en estos pasajes y otros si-
milares. Con sumo gozo leían que el Señor ungiría al que iba “a
predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados
de corazón, a publicar libertad a los cautivos, ... a promulgar año
de la buena voluntad de Jehová.”
Isaías 61:1, 2
. Sin embargo, sus
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corazones se entristecían al pensar en los sufrimientos que debería
soportar para cumplir el propósito divino. Con profunda humillación
en su alma leían en el rollo profético estas palabras:
“¿Quién ha creído a nuestro anunció?
¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
“Y subirá cual renuevo delante de él,
y como raíz de tierra seca:
no hay parecer en él, ni hermosura:
verlo hemos, mas sin atractivo para que le deseemos.
“Despreciado y desechado entre los hombres,
varón de dolores, experimentado en quebranto:
y como que escondimos de él el rostro,
fué menospreciado, y no lo estimamos.
“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades,
y sufrió nuestros dolores;
y nosotros le tuvimos por azotado,
por herido de Dios y abatido.
“Mas él herido fué por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados:
el castigo de nuestra paz sobre él;
y por su llaga fuimos nosotros curados.
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,
cada cual se apartó por su camino:
mas Jehová cargó en él
el pecado de todos nosotros.
“Angustiado él, y afligido, no abrió su boca:
como cordero fué llevado al matadero;