No toda sanidad procede del espíritu, 12 de julio
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos
muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de
mí, hacedores de maldad.
Mateo 7:22, 23
.
Necesitamos estar anclados en Cristo, arraigados y fundados en la fe. Satanás
actúa mediante sus agentes. Elige a quienes no están bebiendo de las aguas vivas,
cuyas mentes están sedientas por algo nuevo o extraño y siempre listas a beber de
cualquier fuente que se les presente. Se escucharán voces que dirán: “Mirad, aquí
está el Cristo”. “Mirad, allí está”, pero “no les creáis”.
Mateo 24:23
. Tenemos
evidencias inequívocas de la voz del verdadero Pastor, y él nos llama a que lo
sigamos. Dice: “Yo he guardado los mandamientos de mi Padre”.
Juan 15:10
. El
conduce a sus ovejas por el sendero de la sincera obediencia a la ley de Dios, pero
nunca los estimula a la transgresión de ella.
“La voz de los extraños” es la voz de quien ni respeta ni obedece la ley
santa, justa y buena. Muchos hacen gran profesión de santidad, y se jactan de
las maravillas que realizan al sanar a los enfermos, cuando en realidad ellos no
toman en cuenta esta gran norma de justicia. Entonces, ¿mediante el poder de
quién realizan tales sanamientos?
Si los que ejecutan estos sanamientos están dispuestos, por causa de esas
manifestaciones, a excusar su desobediencia a la ley de Dios y continúan en esta
actitud, aunque desplieguen toda clase de poder, eso no quiere decir que tengan
el poder de Dios. Por el contrario, es el poder del gran engañador el que obra
los milagros. Transgrede la ley moral, y emplea todo artificio que puede para
impedir que los hombres disciernan su verdadero carácter. Se nos advierte que en
los últimos días obrará con señales y milagros mentirosos. Continuará con estos
portentos hasta el fin del tiempo de gracia, para usarlos como evidencia de que es
un ángel de luz y no de oscuridad.—
The Review and Herald, 17 de noviembre de
1885
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