La actitud apropiada, 31 de agosto
Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro
trabajo, sino que recibáis galardón completo. Cualquiera que se extravía, y
no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la
doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.
2 Juan 8, 9
.
Pronto se hará todo esfuerzo posible para desestimar y pervertir la verdad de
los testimonios del Espíritu de Dios. Debemos estar siempre atentos a los claros y
directos mensajes que, desde 1846, han estado viniendo al pueblo de Dios.
Habrá quienes una vez estuvieron unidos con nosotros en la fe, que buscarán
nuevas y extrañas doctrinas, algo extraordinario y sensacional que presentar a
la gente. Introducirán todos los sofismas imaginables y los presentarán como
provenientes de la Sra. de White para que engañen a las personas...
Los que han tratado como una cosa común la luz que el Señor ha dado, no
serán beneficiados con la instrucción presentada.
Habrá quienes interpreten mal los mensajes que Dios ha dado, de acuerdo con
su ceguera espiritual.
Algunos dejarán su fe y negarán la verdad de los mensajes, mostrándolos como
falsedades.
Algunos los exhibirán para ridiculizarlos, trabajando contra la luz que Dios ha
estado dando durante años, y algunos débiles en la fe serán así descarriados.
Pero otros serán grandemente ayudados por los mensajes. Aunque no les sean
dirigidos personalmente, serán corregidos y eludirán los males especificados... El
Espíritu del Señor estará en la instrucción y se eliminarán las dudas que existen en
muchas mentes. Los testimonios mismos serán la clave que explicará los mensajes
dados, a medida que se explique un texto con otro. Muchos leerán con avidez
los mensajes que reprochan el mal, a fin de saber lo que deben hacer para ser
salvos... Amanecerá luz sobre el entendimiento y el Espíritu hará impresión sobre
las mentes, a medida que la verdad bíblica sea clara y sencillamente presentada en
los mensajes que desde 1846 Dios ha estado enviando a su pueblo. Esos mensajes
han de recibirse en los corazones y se efectuarán transformaciones.—
Mensajes
Selectos 1:46, 47
.
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