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Descubramos las trampas del enemigo, 6 de diciembre
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su
fuerza.
Efesios 6:10
.
Como pueblo, estamos esperando la venida del Señor en las nubes del cielo.
Entonces, ¡cuán cuidadosamente deberíamos examinar nuestros corazones para
que sepamos si estamos en la fe o no! Parece haber una niebla ante los ojos de
muchos, porque no disciernen las cosas espirituales y no reconocen las maquina-
ciones de Satanás para entramparlos. Los cristianos no han de ser esclavos de la
pasión, sino controlados por el Espíritu de Dios. Pero muchos llegan a ser juguetes
del enemigo porque cuando vienen las tentaciones, en lugar de apoyarse en Jesús,
se centran en ellos mismos y abandonan el brazo de su Señor. Como resultado,
pierden toda su fe y su valor ante la perplejidad. No recuerdan que en lo pasado
Cristo les ayudó a salir de otras dificultades, que su gracia es suficiente para las
pruebas diarias, y que él también puede auxiliarlos en la dificultad presente.
En nuestras pequeñas dificultades diarias experimentaremos fracasos si per-
mitimos que nos irriten y angustien, y así las convertimos en piedras de tropiezo
para nosotros y para otros. Pero, mediante la paciente resistencia, estas molestias
diarias han de resultar en bendiciones de la mayor importancia si pedimos fuerzas
para soportar mayores dificultades. Satanás nos presionará con las tentaciones más
severas, por eso debemos aprender a acudir a Dios en toda y cualquier emergencia,
como un niño acude a sus padres.
Profesamos ser cristianos bíblicos, y no se nos abandona en la oscuridad para
dar un paso tras otro en la incertidumbre. Tenemos que saber adónde vamos. Es
imposible estar en la oscuridad si seguimos a Cristo como nuestro líder, pues él
dice: “El que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.
Juan 8:12
. Cuando el camino parezca obstruido por las dificultades y cubierto de
oscuridad, debemos creer, confiar en que hay una luz guiadora y no desviarnos a
la derecha ni a la izquierda sino seguir adelante, a pesar de todas nuestras pruebas
y tentaciones.—
The Review and Herald, 19 de mayo de 1891
.
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