Página 100 - Servicio Cristiano (1981)

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Servicio Cristiano
contra las fuerzas opositoras del pecado y el error, ni debe estar
contenta de avanzar a paso lento, sino que debe llevar el yugo de
Cristo, y mantenerse al paso de su líder, ganando nuevos reclutas a
lo largo del camino.—
The Review and Herald, 4 de agosto de 1891
.
Tenemos sólo un breve tiempo para apresurar la guerra; entonces
vendrá Cristo, y esta escena de rebelión terminará. Entonces ya
habremos realizado nuestros últimos esfuerzos para trabajar junto
con Cristo en el avance de su reino. Algunos que han estado en el
frente de batalla, resistiendo celosamente las arremetidas del mal,
caen en el puesto del deber; otros miran con pesar los héroes caídos,
pero no tienen tiempo de cesar en la obra. Deben estrechar las filas,
tomar la bandera de las manos paralizadas por la muerte, y con
renovada energía vindicar la verdad y el honor de Cristo. Como
nunca antes, debe ofrecerse resistencia contra el pecado, contra los
poderes de las tinieblas. El tiempo demanda actividad enérgica y
decidida de parte de los que creen en la verdad presente. Ellos
deben enseñar la verdad tanto por precepto como por ejemplo.—
The
[107]
Review and Herald, 25 de octubre de 1881
.
El Señor llama a los adventistas del séptimo día, en todo lu-
gar para que se consagren enteramente a él, haciendo todo lo que
esté a su alcance para su obra, según las circunstancias en que se
encuentren.—
Joyas de los Testimonios 3:350, 351
.
La ociosidad y la religión no pueden andar juntas; y la causa de
nuestra gran deficiencia en la vida y en la experiencia cristiana es
la inactividad en la obra de Dios. Los músculos de nuestro cuerpo
se debilitarán si no se mantienen en ejercicio, y así ocurre con la
naturaleza espiritual. Si queréis ser fuertes, debéis ejercitar vuestras
facultades.—
The Review and Herald, 13 de marzo de 1888
.
Hemos de ser obreros diligentes; un hombre ocioso es una criatu-
ra miserable. ¿Pero qué excusa puede ofrecerse por la holgazanería
en la gran obra que Cristo dió su vida para realizar? Las facultades
espirituales dejan de existir si no se las ejercita, y es el designio satá-
nico que ellas perezcan. Todo el cielo se halla activamente empeñado
en la obra de preparar a un pueblo para la segunda venida de Cristo
a nuestro mundo, y “coadjutores somos de Dios”. El fin de todas
las cosas es inminente. Ahora es la oportunidad de trabajar.—
The
Review and Herald, 24 de enero de 1893
.