Página 116 - Servicio Cristiano (1981)

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Servicio Cristiano
almas. Tan ciertamente como hay un lugar preparado para nosotros
en las mansiones celestiales, hay un lugar designado en la tierra
donde hemos de trabajar para Dios.—
Lecciones Prácticas del Gran
Maestro, 297
.
Los ojos del Señor se fijan en cada uno de sus hijos: tiene planes
acerca de cada uno de ellos.—
Joyas de los Testimonios 2:367
.
Todos pueden hacer algo en la obra. Nadie será declarado inocen-
te delante de Dios a menos que haya trabajado fervorosa y abnega-
damente por la salvación de las almas.—
Testimonies for the Church
5:395
.
No podréis transferir vuestro deber a otros. Nadie sino voso-
tros mismos puede realizar vuestro trabajo. Si retenéis vuestra
luz, alguien deberá ser dejado en las tinieblas a causa de vuestro
descuido.—
Testimonies for the Church 5:464
.
El humilde obrero que responde obedientemente al llamado de
Dios puede estar seguro de que recibirá ayuda divina. El aceptar
una responsabilidad tan grande y santa resulta elevador para el ca-
rácter. Pone en acción las facultades mentales y espirituales más
elevadas, y fortalece y purifica la mente y el corazón. Mediante la
fe en el poder de Dios, es admirable cuán fuerte puede llegar a ser
un hombre débil, cuán decididos sus esfuerzos, cuán prolífico en
grandes resultados. El que empieza con poco conocimiento, de una
manera humilde, y dice lo que sabe, mientras busca diligentemente
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un conocimiento mayor, hallará todo el tesoro celestial que espera su
demanda. Cuanto más trate de impartir luz, más luz recibirá. Cuanto
más procure uno explicar la Palabra de Dios a otros, con amor por
las almas, más clara se le presentará. Cuanto más usemos nuestro
conocimiento y ejercitemos nuestras facultades, más conocimiento y
poder tendremos.—
Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 322, 323
.
Trabaje cada uno para Dios y para las almas; manifieste cada
uno sabiduría, y nunca sea hallado ocioso, aguardando que alguien
lo ponga a trabajar. Ese “alguien” que podría poneros a trabajar
está recargado de responsabilidades, y se pierde tiempo aguardando
directivas. Dios os dará sabiduría para reformaros en seguida: porque
todavía os dirige el llamamiento: “Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña”.
“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.”
Hebreos
3:7, 8
. El Señor encabeza el requerimiento con la cariñosa palabra
“hijo”. ¡Cuán tierno, compasivo y, sin embargo, cuán urgente es el