Página 143 - Servicio Cristiano (1981)

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Los métodos
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llevadas a otros países y a muchos hogares. Así podía excitarse el
interés en la investigación de las profecías; la atención sería dirigida
al Salvador, y su misión sería presentada al mundo.—
Testimonies
for the Church 9:121
.
En los mundialmente renombrados centros de salud y de afluen-
cia de turistas, atestados de miles de personas que buscan salud y
placer, deben estacionarse pastores y colportores capaces de llamar
la atención de las multitudes. Vigilen estos obreros la oportunidad
de presentar el mensaje para este tiempo, y realicen reuniones cuan-
do tengan ocasión de hacerlo. Sean rápidos para aprovechar las
oportunidades de hablar con la gente. Acompañados por el poder
del Espíritu Santo, presenten a la gente el mensaje que dió Juan el
Bautista: “Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado”.
Mateo 3:2
. La Palabra de Dios ha de ser presentada con claridad y
poder, para que los que tengan oídos para oir oigan la verdad. Así el
Evangelio de la verdad presente será colocado en el camino de los
que no lo conocen, y será aceptado por no pocos, y llevado por ellos
a sus propios hogares en todas partes del mundo.—
Testimonies for
the Church 9:122
.
Los libros
El Ministerio de Curación y Lecciones Prácticas del
Gran Maestro
se hallan peculiarmente adaptados para usarse en
centros de turismo, y debe hacerse todo lo posible para colocar
ejemplares de estas obras en las manos de los que están ociosos y
tienen inclinación a leer.—
Testimonies for the Church 9:85
.
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Deben establecerse restaurantes de salud y salas de tratamiento.
Nuestros esfuerzos en esta materia deben incluir los puntos de afluen-
cia de público a orillas del mar. Así como la voz de Juan el Bautista
fué oída en el desierto, cuando clamaba: “Preparad el camino del
Señor”, debe oírse la voz de los mensajeros del Señor en los grandes
centros de turismo y en los centros balnearios.—
Testimonies for the
Church 7:55, 56
.
Enviados de dos en dos
Llamando a los doce en derredor de sí, Jesús les ordenó que
fueran de dos en dos por los pueblos y aldeas. Ninguno fué enviado
solo, sino que el hermano iba asociado con el hermano, el amigo con
el amigo. Así podían ayudarse y animarse mutuamente, consultando