Página 213 - Servicio Cristiano (1981)

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Los congresos favorecen el servicio cristiano
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estudio de las Escrituras en forma de conversación.—
Testimonies
for the Church 6:87
.
Grave pérdida por no asistir
Nuestros congresos y reuniones generales se planean y realizan
a gran costo. Los ministros de Dios que defienden una verdad impo-
pular, trabajan en exceso en estas grandes reuniones para presentar
el mensaje de misericordia de un Salvador crucificado a los pobres
pecadores mortales. El descuidar o tratar estos mensajes con indi-
ferencia significa menospreciar la misericordia de Dios y su voz
de amonestación y ruego. Vuestra ausencia de estas reuniones ha
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resultado muy perjudicial para vuestro bienestar espiritual. Habéis
perdido la fuerza que podríais haber obtenido allí escuchando la
palabra predicada de Dios, y mezclándoos con los creyentes en la
verdad.—
Testimonies for the Church 4:115
.
No es asunto de menor importancia para una familia el aparecer
como representantes de Jesús, y guardar la ley de Dios en un ve-
cindario de incrédulos. Se nos pide que seamos epístolas vivientes,
conocidas y leídas por todos los hombres. Esta condición implica
terribles responsabilidades. A fin de vivir en la luz, debéis estar
donde brilla la luz. El hermano K-----, cualquiera sea el sacrificio
que cueste, debe sentirse bajo la solemne obligación de asistir con
su familia por lo menos a las reuniones anuales de los que aman
la verdad. Esto lo fortalecerá a él y a ellos, y los preparará para
soportar las pruebas y cumplir sus deberes. No está bien que pierdan
el privilegio de asociarse con los que tienen la misma fe; porque la
verdad pierde su importancia en sus mentes, sus corazones dejan
de ser iluminados y vivificados por su santificadora influencia, y
pierden la espiritualidad. No son fortalecidos por las palabras del
predicador vivo. Pensamientos y empresas mundanales ocupan de
continuo sus mentes y excluyen los temas espirituales.—
Testimonies
for the Church 4:106
.
Asistan todos los que puedan a estos congresos anuales. Todos
debieran reconocer que Dios requiere esto de ellos. Si no aprovechan
los privilegios que Dios ha provisto para que lleguen a ser más
fuertes en él y en el poder de su gracia, se debilitarán más y más y
tendrán cada vez menos deseos de consagrar todo a Dios.