Página 251 - Servicio Cristiano (1981)

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Requisitos para el servicio cristiano eficaz
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como los hombres y las mujeres mejor dotados, son frecuentemente
refrigerados por las palabras sencillas de alguien que ama a Dios, y
que puede hablar de ese amor tan naturalmente como los mundanos
hablan de las cosas que más les interesan. A menudo las palabras
bien preparadas y estudiadas no tienen sino poca influencia. Pero
las palabras llenas de verdad y sinceridad con que se expresa un
hijo o una hija de Dios, habladas con sencillez natural, tienen poder
para desatrancar la puerta de los corazones que por largo tiempo ha
estado cerrada contra Cristo y su amor.—
Lecciones Prácticas del
Gran Maestro, 212
.
Fe
Los obreros de Dios necesitan fe en Dios. El no se olvida de sus
labores, sino que aprecia su trabajo. Hay agentes divinos destinados
a cooperar con los que colaboran juntamente con Dios. Cuando
pensamos que Dios no hará lo que ha dicho, y que no tiene tiempo
para prestar atención a sus obreros, deshonramos a nuestro Hacedor.
The Southern Watchman, 2 de agosto de 1904
.
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El que trabaja para Dios necesita una fe fuerte. Las apariencias
pueden ser adversas; pero en la hora más sombría es cuando la luz
está por amanecer. La fuerza de aquellos que, con fe, aman y sirven
a Dios, será renovada día tras día.—
Obreros Evangélicos, 276
.
Hay en la fe genuina un bienestar, una firmeza de principios
y una invariabilidad de propósito que ni el tiempo ni las pruebas
pueden debilitar.—
Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 134
.
A menudo la vida cristiana está acosada de peligros, y se hace
difícil cumplir el deber. La imaginación concibe la ruina inminente
delante, y la esclavitud o la muerte detrás. No obstante, la voz de
Dios dice claramente: “Avanza”. Debemos obedecer este mandato
aunque nuestros ojos no puedan penetrar las tinieblas, y aunque
sintamos las olas frías a nuestros pies. Los obstáculos que impiden
nuestro progreso no desaparecerán jamás ante un espíritu que se
detiene y duda. Los que postergan la obediencia hasta que toda
sombra de incertidumbre desaparezca y no haya ningún riesgo de
fracaso o derrota no obedecerán nunca. La incredulidad nos susurra:
“Esperemos que se quiten los obstáculos y podamos ver claramente
nuestro camino”; pero la fe nos impele valientemente a avanzar