Página 273 - Servicio Cristiano (1981)

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El Espíritu Santo
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Promesa no apreciada
Cristo declaró que la influencia divina del Espíritu había de
acompañar a sus discípulos hasta el fin. Pero la promesa no es
apreciada como debiera serlo; por lo tanto, su cumplimiento no se
ve como debiera verse. La promesa del Espíritu es algo en lo cual
se piensa poco; y el resultado es tan sólo lo que podría esperarse:
sequía, tinieblas, decadencia y muerte espirituales. Los asuntos de
menor importancia ocupan la atención y, aunque es ofrecido en
su infinita plenitud, falta el poder divino que es necesario para el
crecimiento y la prosperidad de la iglesia y que traería todas las otras
bendiciones en su estela.—
Joyas de los Testimonios 3:211
.
Algunos esperan ociosamente el refrigerio
Hay algunos que, en lugar de aprovechar sabiamente las oportu-
nidades presentes, están esperando ociosamente que alguna ocasión
especial de refrigerio espiritual aumente grandemente su capacidad
de iluminar a otros. Descuidan sus deberes y privilegios actuales y
permiten que su luz se empañe a la espera de un tiempo futuro en
el cual, sin ningún esfuerzo de su parte, sean hechos los recipien-
tes de bendiciones especiales que los transformen y capaciten para
servir.—
Los Hechos de los Apóstoles, 44
.
El sucesor de Cristo
El Espíritu Santo es el representante de Cristo, pero despojado
de la personalidad humana e independiente de ella. Estorbado por
la humanidad, Cristo no podía estar en todo lugar personalmente.
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Por lo tanto, convenía a sus discípulos que fuese al Padre y enviase
el Espíritu para ser su sucesor en la tierra. Nadie podría entonces
tener ventaja por su situación o su contacto personal con Cristo.
Por el Espíritu, el Salvador sería accesible a todos. En este sentido
estaría más cerca de ellos que si no hubiese ascendido a lo alto.—
El
Deseado de Todas las Gentes, 606
.