Página 288 - Servicio Cristiano (1981)

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Servicio Cristiano
una atmósfera que proporciona salud al cuerpo, vigor al intelecto y
gozo al alma.—
Testimonies for the Church 4:56
.
El placer de hacer bien a otros imparte un ardor a los sentimien-
tos que electriza los nervios, vivifica la circulación de la sangre y
estimula la salud física y mental.—
Testimonies for the Church 4:56
.
Fuerza
—Impídasele a un hombre fuerte trabajar y se volverá
débil. La iglesia o las personas que se abstienen de llevar cargas para
otros, que se encierran en sí mismas, pronto sufren de debilitamiento
espiritual. Es el trabajo lo que mantiene fuerte al hombre fuerte. Y
la labor espiritual, el trabajo arduo y el llevar cargas, es lo que dará
fuerza a la iglesia de Cristo.—
Testimonies for the Church 2:22
.
Paz
—Al trabajar para otros, se experimentará una dulce satisfac-
ción, una paz interior que será en sí suficiente recompensa. Cuando
estén animados por un elevado y noble deseo de hacer bien a otros,
ellos [los seguidores de Dios] hallarán verdadero deleite en el cum-
plimiento de los múltiples deberes de la vida. Esto traerá más que
una recompensa terrenal; porque los ángeles toman nota de cada
ejecución fiel y abnegada del deber, la cual brilla en el registro de la
vida.—
Testimonies for the Church 2:132
.
Recompensa futura
Vida eterna
—Por medio de esfuerzos fervientes y cuidadosos
para ayudar donde la ayuda es necesaria, el verdadero cristiano
muestra su amor por Dios y sus semejantes. Puede perder su vida
en el servicio; pero la volverá a hallar cuando Cristo venga a buscar
sus joyas.—
Testimonies for the Church 9:56
.
Una benévola bienvenida al hogar
—Poneos en el umbral de
la eternidad y oid la benévola bienvenida dada a los que en esta
vida hayan cooperado con Cristo, habiendo considerado como un
privilegio y un honor el sufrir por su causa. ... Allí los redimidos
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saludan a aquellos que los encaminaron hacia el Salvador levantado
en alto. Se unen en alabanzas a Aquel que murió para que los
humanos tuvieran la vida que se mide con la de Dios. Acabó el
conflicto. Acabaron las tribulaciones y las luchas. Cantos de victoria
llenan todo el cielo. Todos entonan el alegre coro: “Digno, digno
es el Cordero que fué inmolado”, y que nos rescató para Dios.—
El
Ministerio de Curación, 405
.