Página 43 - Servicio Cristiano (1981)

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Un llamamiento a nuestros jóvenes
Un mandato divino
El Señor ha designado a los jóvenes para que acudan en su
ayuda.—
Joyas de los Testimonios 3:105
.
Con semejante ejército de obreros, como el que nuestros jóvenes,
bien preparados, podrían proveer, ¡cuán pronto se proclamaría a
todo el mundo el mensaje de un Salvador crucificado, resucitado y
próximo a venir!—
La Educación, 263, 264
.
Tenemos hoy un ejército de jóvenes que puede hacer mucho si es
debidamente dirigido y animado. Queremos que nuestros hijos crean
la verdad. Queremos que sean bendecidos por Dios. Queremos que
participen en planes bien organizados para ayudar a otros jóvenes.
Prepárense todos de tal manera que puedan representar debidamente
la verdad, dando razón de la esperanza que hay en ellos, y honrando a
Dios en cualquier ramo de labor donde estén calificados para actuar.
Boletín de la Asociación General 5: N
o
2, 29, 30
; 24 de enero de
1893.
Los jóvenes en la obra de la iglesia
En nuestras iglesias, se necesitan los talentos juveniles, bien
organizados y preparados. Los jóvenes harán algo con sus rebosantes
energías. A menos que estas energías estén encauzadas debidamente,
los jóvenes las emplearán de alguna manera que perjudicará su
propia espiritualidad, y resultará para daño de aquellos con quienes
se asocien.—
Obreros Evangélicos, 223
.
Cuando los jóvenes dan su corazón a Dios, no cesa nuestra res-
ponsabilidad hacia ellos. Hay que interesarlos en la obra del Señor, e
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inducirlos a ver que él espera que ellos hagan algo para adelantar su
causa. No es suficiente demostrar cuánto se necesita hacer, e instar
a los jóvenes a hacer una parte. Hay que enseñarles a trabajar para
el Maestro. Hay que prepararlos, disciplinarlos y educarlos en los
mejores métodos de ganar almas para Cristo. Enséñeseles a tratar de
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