El sábado está destinado para ponernos en armonía con Dios,
15 de mayo
También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el
hombre por causa del día de reposo.
Marcos 2:27
.
Cuando se le acusó de violar el sábado en Betesda, Jesús se defendió afirmando
su condición de Hijo de Dios y declarando que él obraba en armonía con el Padre.
Ahora que se atacaba a sus discípulos, él citó a sus acusadores ejemplos del
Antiguo Testamento, actos verificados en sábado por quienes estaban al servicio
de Dios.
Los maestros judíos se jactaban de su conocimiento de las Escrituras, y la
respuesta de Cristo implicaba una reprensión por su ignorancia de los sagrados
escritos. “¿Ni aún esto habéis leído”, dijo, “lo que hizo David cuando tuvo hambre
él, y los que con él estaban; cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la
proposición, de los cuales no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes?” También
les dijo: “El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por
causa del día de reposo”. “¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo
los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? Pues os
digo que uno mayor que el templo está aquí”. “Por tanto, el Hijo del Hombre es
Señor aun del día de reposo”
Lucas 6:3, 4
;
Mateo 12:5, 6
;
Marcos 2:27, 28
.
Jesús no dejó pasar el asunto con la administración de una reprensión a sus
enemigos. Declaró que su ceguera había interpretado mal el objeto del sábado.
Dijo: “Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero y no sacrificio, no con-
denaríais a los inocentes”.
Mateo 12:7
. Sus muchos ritos formalistas no podían
suplir la falta de aquella integridad veraz y amor tierno que siempre caracterizarán
al verdadero adorador de Dios...
Lo que Dios aprecia es el servicio de amor. Faltando éste, el mero ceremonial
es una ofensa. Así sucede con el sábado. Estaba destinado a poner a los hombres y
a las mujeres en comunión con Dios; pero cuando la mente quedaba absorbida por
ritos cansadores, el objeto del sábado se frustraba. Su simple observancia exterior
era una burla.—
El Deseado de Todas las Gentes, 251, 252
.
[143]
146