Página 175 - Ser Semejante a Jes

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El plan de Dios para impedir la pobreza, 8 de junio
El año cincuenta os será jubileo; no sembraréis, ni segaréis lo que naciere
de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos. Y cuando vendiereis algo a
vuestro prójimo, o comprareis de mano de vuestro prójimo, no engañe
ninguno a su hermano.
Levítico 25:11, 14
.
En el plan de Dios para Israel, cada familia tenía su propia casa en suficiente
tierra de labranza. De este modo quedaban asegurados los medios y el incentivo
para hacer posible una vida provechosa, laboriosa e independiente. Y ninguna
especulación humana ha mejorado jamás semejante plan. La pobreza y miseria
que imperan hoy se debe en gran parte al hecho de que el mundo se apartó de
dicho plan.
Al establecerse en Canaán, la tierra fue repartida entre todo el pueblo, menos
los levitas, quienes, en calidad de ministros del Santuario, quedaban exceptuados
de la repartición. Las tribus fueron empadronadas por familias, y a cada familia,
según el número de sus miembros, le fue concedida una heredad.
Y si bien era cierto que uno podía enajenar su posesión por algún tiempo, no
podía, sin embargo, deshacerse definitivamente de ella en perjuicio de la herencia
de sus hijos. En cuanto pudiese rescatar la heredad, le era lícito hacerlo en cualquier
momento. Las deudas eran perdonadas cada séptimo año, y cada cincuenta años,
o sea en ocasión del jubileo, todas las fincas volvían a sus dueños primitivos.
“La tierra no se venderá a perpetuidad”, mandó el Señor, “porque la tierra
mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo. Por tanto,
en toda la tierra de vuestra posesión otorgaréis rescate a la tierra. Cuando tu
hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más
próximo vendrá y rescatará lo que tu hermano hubiere vendido. Y cuando el
hombre... consiguiere lo suficiente para el rescate... volverá a su posesión. Mas
si no consiguiere lo suficiente para que se la devuelvan, lo que vendió estará en
poder del que lo compró hasta el año del jubileo”.
Levítico 25:23-28
...
De este modo cada familia quedaba segura de su posesión, y había una salva-
guardia contra los extremos, tanto de la riqueza como de la pobreza.—
El Ministerio
de Curación, 138, 139
.
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