Página 196 - Ser Semejante a Jes

Basic HTML Version

Nunca deshonrar a Dios por violar los principios rectos, 29 de
junio
Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, la cual quita la vida
de sus poseedores.
Proverbios 1:19
.
Acada persona se le da su obra. Cada una tiene un lugar en el plan eterno
del cielo. Es el deber de los padres y las madres vencer su propio desorden, sus
hábitos poco metódicos. La verdad es limpia y pura, y de gran valor, y necesita ser
incorporada en la edificación del carácter. Los que tienen la verdad, que tienen el
amor de la verdad en su corazón, harán cualquier sacrificio para que esta verdad
pueda tener el primer lugar en cada cosa...
Están en nuestras iglesias quienes tienen mucho que decir en cuanto al cristia-
nismo, pero en cuya presencia siempre debemos estar en guardia, porque descartan
la Palabra de Dios de sus transacciones comerciales. Cuando hay que comprar o
vender, Dios no está a su lado. El enemigo está sobre el terreno, y se posesiona de
ellos. Se coloca a la hermandad y al amor cristianos como un sacrificio sobre el
altar de la codicia. Dios, el Cielo, los preceptos de Jehová, sus repetidos manda-
tos, se eliminan con frecuencia del alma. No saben lo que significa practicar los
principios establecidos en la Palabra de Dios. Venden su alma por una ganancia
ilícita. Tan espeso es el velo que ciega sus ojos, que sólo pueden ver la ganancia
fraudulenta. Tan dura es la costra que rodea al corazón, que no sienten por sus
semejantes el amor y la ternura y la piedad de Cristo. Excluyen de su alma la
santidad y la verdad de Dios.
¿Desaprobará el pueblo de Dios toda esta influencia corruptora? ¿Entregarán
su corazón a Dios? ¿Tratarán misericordiosamente con sus semejantes mortales?
¿Tendrán presente los adventistas del séptimo día que no pueden desviarse de
la verdad en sus tratos con sus semejantes, que no pueden violar la justicia, o
perder su integridad, sin dejar a Dios? Nunca lo beneficiará a usted cualquier
cosa que deshonre a Dios. Los que esperan prosperar violando los principios
eternos de la justicia, están amontonando una cosecha que no quisieran segar. Se
colocan en las filas del enemigo y acarrean degradación sobre sí mismos. Aunque
parezca que prosperan por un tiempo, nunca pueden ser contados entre la familia
de Dios.—
Sermons and Talks, 133, 134
.
[188]
192