Apreciar la belleza natural y sosegada de la Tierra, 12 de
agosto
¿Quién repartió conducto al turbión, y camino a los relámpagos y truenos,
haciendo llover sobre la tierra deshabitada, sobre el desierto, donde no hay
hombre, para saciar la tierra desierta e inculta, y para hacer brotar la
tierna hierba?
Job 38:25-27
.
Aquel que estableció los fundamentos de la tierra, que adornó los cielos y
colocó las estrellas en su orden; Aquel que ha revestido la tierra con una alfombra
viviente y la ha embellecido con preciosas flores de toda tonalidad y variedad,
quiere que sus hijos aprecien sus obras y se deleiten en la sencilla y serena belleza
con la cual ha adornado el hogar terrenal de ellos.
Cristo procuró desviar la atención de sus discípulos de lo artificial hacia lo
natural: “Si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la
viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?”
Mateo 6:30
.
¿Por qué nuestro Padre celestial no alfombró la tierra de marrón o de gris?
Escogió el color que da más descanso, el que es mejor para los sentidos. ¡Cómo
alegra el corazón y vivifica el cansado espíritu contemplar la tierra vestida con
su atavío de viviente verdor! El aire estaría lleno de polvo sin esa cobertura, y
la tierra parecería un desierto. Cada brizna de hierba, cada capullo que se abre y
cada lozana flor es una prueba del amor de Dios, y debiera enseñarnos una lección
de fe y confianza en él. Cristo llama nuestra atención a su belleza natural, y nos
asegura que el vestido más hermoso del rey más grande que jamás haya empuñado
un cetro, no fue igual al ropaje de la flor más humilde...—
Comentario Bíblico
Adventista 5:1062
.
Quiero presentarles a Cristo y a él crucificado. Denle los mejores afectos de su
corazón. Denle su intelecto, porque le pertenece. Denle sus talentos de medios y de
influencia; sólo les fueron prestados a ustedes para que los desarrollen. Jesús puso
a un lado sus vestiduras reales, descendió de su hogar eterno, vistió su divinidad
con la humanidad, y por amor a nosotros se hizo pobre, para que nosotros, por
medio de su pobreza, podamos ser hechos ricos. ¿Ricos en dinero? ¿En tierras?
¿En acciones bancarias? No; para que podamos conseguir riquezas eternas.
No hay salvación excepto la que viene a través de Cristo. Vino a la tierra para
elevar al caído. Con su brazo humano rodea a toda la raza, al tiempo que con su
brazo divino se aferra el trono del Infinito, conectando así a los humanos finitos
con el Dios infinito, y uniendo la tierra y el cielo.—
The Review and Herald, 27 de
octubre de 1885
.
[232]
239