Página 262 - Ser Semejante a Jes

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Mantener los manantiales de beneficencia en circulación
constante, 31 de agosto
¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He
aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están
blancos para la siega.
Juan 4:35
.
El poder humano no estableció la obra de Dios, ni puede destruirla. Dios
concederá la dirección constante y la custodia de sus santos ángeles a quienes
llevan su obra adelante frente a dificultades y opresión. Nunca cesará su obra en la
tierra. La edificación de su templo espiritual irá adelante hasta que esté completo,
y la piedra angular será colocada con clamores: “Gracia, gracia a ella”.
Zacarías
4:7
.
Los cristianos están para beneficiar a los demás. De este modo se benefician a
sí mismos. “El que saciare, él también será saciado”.
Proverbios 11:25
. Esta es una
ley de la administración divina, una ley mediante la cual Dios se propone mantener
las corrientes de la beneficencia en constante circulación, como las aguas del gran
océano regresan perpetuamente a su fuente. El poder de las misiones cristianas se
halla en el cumplimiento de esta ley.
He sido instruida acerca de que dondequiera que la gente se haya sacrificado y
haya realizado esfuerzos urgentes para proveer medios para el establecimiento y
avance de la causa, y el Señor haya prosperado la obra, la gente de dichos lugares
debiera a su vez dar de sus medios para ayudar a sus siervos que han sido enviados
a nuevos campos. Dondequiera que se haya establecido la obra sobre una buena
base, los creyentes deberían sentirse bajo la obligación de ayudar a los que tienen
necesidades, transfiriendo, aun al costo de un gran sacrificio, una parte o todos los
medios que en años anteriores se invirtió en favor del establecimiento de la obra
en su propia localidad. De esa manera el Señor se propone hacer crecer su obra.
Este es el lineamiento correcto de la ley de la restitución.—
Testimonies for the
Church 7:170
.
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