Página 321 - Ser Semejante a Jes

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Es esencial la temperancia en todas las cosas, 26 de octubre
Conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes
bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado
Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.
Filipenses 1:20
.
Hoy hay muchos bajo la sombra de la muerte que se habían preparado para
hacer una obra en favor del Maestro, pero que no sientieron la responsabilidad
sagrada de observar las leyes de la salud. Las leyes del organismo físico son en la
verdad las leyes de Dios; pero este hecho parece haber sido olvidado. Algunos se
limitaron a un régimen que no podía mantenerlos en buena salud. No proveyeron
alimentos nutritivos para reemplazar las sustancias perjudiciales; y no consideraron
que para preparar satisfactoriamente los alimentos hay que ejercer ingenio. El
organismo tiene que ser debidamente nutrido con el fin de poder realizar su obra...
Hay muchos en el mundo que complacen hábitos perniciosos. El apetito es la
ley que los gobierna. Y debido a sus hábitos erróneos, el sentido moral se oscurece
y el poder de discernir cosas sagradas se destruye en gran medida... Es necesario
que los cristianos sean estrictamente temperantes. Deben colocar la norma alta.
Es esencial la temperancia en el comer, el beber y el vestir. Los principios deben
tener la primacía en lugar del apetito o el antojo...
Significa mucho ser leal a Dios. Él tiene derechos sobre todos los que están
empeñados en su servicio. Él desea que la mente y el cuerpo sean preservados
en la mejor condición de salud, y que toda facultad y atributo se hallen bajo el
dominio de lo divino, y que sean tan vigorosos como los hábitos de cuidado y
estricta temperancia puedan hacerlos. Estamos bajo una obligación ante Dios:
la de hacer una consagración sin reserva de nosotros mismos a él, en cuerpo y
alma, con todas las facultades apreciadas como dones que él nos confiara, para
ser empleados en su servicio. Todas nuestras energías y capacidades han de ser
constantemente fortalecidas y mejoradas durante este período de prueba...
Si podemos despertar la sensibilidad moral de nuestros hermanos sobre el
tema de la temperancia, se ganará una gran victoria. Ha de enseñarse y practicarse
la temperancia en todas las cosas de esta vida. La temperancia en el comer, el
beber, el dormir y el vestir es uno de los grandes principios de la vida religiosa. La
verdad colocada en el santuario del alma guiará en el tratamiento del cuerpo. Nada
que concierna a la salud del agente humano ha de considerarse con indiferencia.
Nuestro bienestar eterno depende del uso que hagamos durante esta vida de nuestro
tiempo, nuestra energía y nuestra influencia.—
The Review and Herald, 11 de junio
de 1914
. Ver también
Consejos sobre el Régimen Alimenticio, 250, 185, 186
.
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