Página 142 - La Segunda Venida y el Cielo (2003)

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La Segunda Venida y el Cielo
Los años de los congresos, 1868-1881
Mientras residía en Greenville y Battle Creek, Míchigan, hasta
fines de 1872, y luego dividiendo su tiempo entre Míchigan y Cali-
fornia, Elena G. de White dedicó sus inviernos a escribir y publicar
sus escritos. Durante el verano asistía a congresos de la iglesia; algu-
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nos años, aunque parezca increíble, asistió a 28. Durante estos años
fueron publicados los Números 14-30 de
Testimonios,
que ahora se
encuentran en
Testimonies,
tomos 2-4.
La década de 1881-1891
Después de la muerte de su esposo, Elena G. de White residió
en California, a veces en Healdsburg y otras en Oakland. Allí se
ocupó de escribir y hablar en diferentes lugares, hasta que partió a
Europa en agosto de 1885, en respuesta a un pedido de la Asociación
General. Durante los dos años que pasó en Europa residió en Basilea,
Suiza, excepto mientras efectuó tres extensas visitas a los países
escandinavos, a Inglaterra y a Italia. Tras regresar a los Estados
Unidos en agosto de 1887, pronto se dirigió al oeste del país, a su
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casa de Healdsburg. Asistió al congreso de la Asociación General
de 1888 en Minneapolis, en octubre y noviembre; tras el congreso,
mientras residía en Battle Creek, trabajó entre las iglesias del centro
y del este del país. Después de estar un año en el este, regresó a
California, pero se le pidió que asistiera a la sesión del congreso de
la Asociación General efectuado en Battle Creek en octubre de 1889.
Permaneció en los alrededores de Battle Creek hasta que partió hacia
Australia en septiembre de 1891.
Los años en Australia, 1891-1900
En respuesta a un pedido de la Asociación General de visitar
Australia para ayudar a establecer la obra educativa, Elena G. de
White llegó a Sydney el 8 de diciembre de 1891. Aceptó la invitación
un tanto reticentemente, porque quería avanzar en la redacción de un
libro más grande sobre la vida de Cristo. Poco después de su llegada
se enfermó de reumatismo inflamatorio, lo que la obligó a pasar en
cama unos ocho meses. Aunque sufría intensamente, persistió en
escribir. A comienzos de 1893 fue a Nueva Zelanda, donde trabajó
hasta el fin del año. Tras regresar a Australia a fines de diciembre,