Página 21 - La Segunda Venida y el Cielo (2003)

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La promesa de la segunda venida a través de la historia
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La promesa produjo gozo
—Mientras Cristo ascendía, con sus
manos extendidas para bendecir a sus discípulos, una nube de án-
geles lo recibió y lo ocultó de su vista. Mientras los discípulos
esforzaban la vista para captar el último destello de su Señor que
ascendía, dos ángeles de la gozosa multitud se pararon junto a ellos y
les dijeron: “Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este
mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá
como le habéis visto ir al cielo”.
Hechos 1:11
.
Los discípulos se llenaron de gran gozo. Vez tras vez repitieron
las palabras que Cristo les había dicho en sus últimas lecciones, tal
como están registradas en los capítulos 14, 15, 16 y 17 de Juan; y
cada uno de ellos tenía alguna cosa que decir acerca de la instrucción
recibida, especialmente con relación a las palabras de Juan [se citan
los versículos 1-3].
La promesa de que volvería, y también el pensamiento de que
les dejaría su paz, llenaron sus corazones de gozo.—
Alza Tus Ojos,
355
.
Juan vio la historia del pueblo de Dios. Juan fue fortalecido
para vivir en la presencia de su Señor glorificado. Entonces ante
sus maravillados ojos fueron abiertas las glorias del cielo. Le fue
permitido ver el trono de Dios y, mirando más allá de los conflictos
de la tierra, contemplar la hueste de los redimidos con sus vestiduras
blancas. Oyó la música de los ángeles del cielo, y los cantos de
triunfo de los que habían vencido por la sangre del Cordero y la
palabra de su testimonio. En la revelación que vio se desarrolló una
escena tras otra de conmovedor interés en la experiencia del pueblo
de Dios, y la historia de la iglesia fue predicha hasta el mismo fin
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del tiempo. En figuras y símbolos, se le presentaron a Juan asuntos
de gran importancia, que él debía registrar para que los hijos de Dios
que vivían en su tiempo y los que vivieran en siglos futuros pudieran
tener una comprensión inteligente de los peligros y conflictos que
los esperaban.—
Los Hechos de los Apóstoles, 465, 466
.
Las profecías nos dan confianza
—Debemos conocer las Escri-
turas, para investigar las profecías y ver que se aproxima el día, y
exhortarnos mutuamente con celo y esfuerzo a una mayor fidelidad.
¿Dejaremos nuestra fe? ¿Perderemos nuestra confianza? ¿Seremos
impacientes? No, no. No pensaremos en esas cosas... Levantemos
nuestra cabeza y gocémonos, porque nuestra redención está cerca.