Página 181 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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A un ministro honesto
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no deseará los afectos ilegítimos. Todos los anhelos son suplidos
en Cristo. Este afecto superficial es de la misma naturaleza que la
exaltada alegría que Satanás le prometió a Eva. Es codiciar lo que
Dios ha prohibido.
Ahora, cuando es demasiado tarde, centenares pueden advertir a
otros que no se aventuren a acercarse al precipicio. El intelecto, la
posición y la riqueza jamás podrán ocupar el lugar de las cualidades
morales. El Señor estima las manos limpias, el corazón puro y una
fervorosa devoción a Dios y a la verdad más que el oro acuñado
de Ofir. Una influencia perversa tiene poder para perpetuarse. Me
gustaría dejar esto establecido delante del pueblo que guarda los
mandamientos de Dios, como me ha sido revelado. Que la triste
memoria de la apostasía de Salomón advierta a cada alma para evitar
el mismo precipicio. Su debilidad y su pecado han ido pasando de
generación en generación.
El mayor de los reyes que haya empuñado alguna vez un cetro, de
quien se dice que era el amado de Dios, por colocar su afecto en una
dirección errada, fue contaminado y miserablemente abandonado
por Dios. El monarca más poderoso de la tierra falló al no poder
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dominar sus propias pasiones. Salomón podría haber sido rescatado
“como por fuego”, no obstante, su arrepentimiento no pudo eliminar
las cimas, ni demoler las piedras que quedaron como evidencia
de sus crímenes. Deshonró a Dios eligiendo ser controlado por la
concupiscencia antes que un participante de la naturaleza divina.
¡Qué legado dejó Salomón a quienes habrían de usar su ejemplo
para tratar de cubrir sus bajas acciones! Transmitimos una herencia
de bien o de mal. ¿Serán nuestra vida y nuestro ejemplo una bendi-
ción o una maldición? ¿Será que la gente, mirando nuestra tumba,
dirá: El me arruinó o él me rescató...?
Ministros propensos a las tentaciones de Satanás
—Los es-
fuerzos especiales de Satanás están dirigidos hacia el pueblo que
posee gran luz. Tratará de desviarlos para que sean mundanos y
sensuales.
Hay hombres que ministran las cosas sagradas cuyos corazones
están contaminados por pensamientos y deseos profanos. Hombres
casados, que tienen hijos, no se hallan satisfechos. Se colocan en
posiciones que invitan a la tentación. Se toman libertades que sólo
podrían tomarlas con su legítima esposa. Así caen bajo la censura de