Página 220 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
“Posdata
. Esta carta fue leída a la iglesia, y aceptada”.
[262]
Pensando que su comparecimiento personal ante la señora de
White podría lograr que su caso fuera considerado favorablemente,
el hermano E viajó a Santa Elena en la segunda semana de enero,
pero la hermana White no se sintió libre de entrevistarse con él.
Entonces él expuso por escrito las circunstancias de su caso y le hizo
llegar la carta a la hermana White con fecha 13 de enero de 1913. El
14 de enero la carta del pastor Miller del 8 de enero y la del hermano
E—del 13 del mismo mes—fueron puestas en manos de la hermana
White. Hizo la siguiente declaración en relación con las cartas]:
No creo que asuntos como éstos deberían ser traídos delante
de mí. No creo que sea mi tarea tratar asuntos tales, a menos que
el caso me haya sido plenamente presentado. En la iglesia debe
haber hermanos que disponen de sabiduría y pueden, decididamente,
hablar sobre el caso. No puedo entender tales cosas. No creo que
Dios quiera que lleve sobre mí esa carga. Si ellos no pueden arreglar
tales asuntos entre ellos mismos, con ayuno y oración, que continúen
en oración y en ayuno hasta que puedan.
Cosas tales habrán de surgir. Surgirán asuntos difíciles, y tienen
que aprender a tratarlos. Deben ganar experiencia. Tienen que pre-
sentar estos asuntos al Señor, y creer que el Señor responderá sus
oraciones y les proporcionará experiencia en todos estos asuntos,
pero no deben traérmelos a mí.
[
El pastor W. C. White leyó porciones de la carta del 15 de
agosto de 1911, luego de lo cual la hermana White dijo:]
No dispongo de luz particular alguna relacionada con el caso,
por lo tanto no me atrevo a hablar de ello categóricamente.
El tiene que dar evidencias de que Dios lo acepta, y darlas de
tal manera que nuestros hermanos puedan contar con algo tangible
sobre lo cual construir. Pueden decir: le daremos otra oportunidad.
[263]
Veremos si Dios acepta o no su trabajo.
Pero no es prudente que yo asuma la responsabilidad del caso.
No puedo asumir ni la más mínima responsabilidad. Quienes tienen
la oportunidad de observar sus acciones diariamente, deberían saber
si él se ha sometido a la prueba, y si Dios lo acepta o no.
[
Luego de haber leído la carta de William E, del 13 de enero de
1913, Elena de White dijo:]