Página 104 - Testimonios para los Ministros (1979)

Basic HTML Version

Capítulo 3—Las santas escrituras
¿Cómo escudriñaremos las escrituras?
¿Cómo debemos escudriñar las Escrituras a fin de entender lo
que enseñan? Debemos abordar la investigación de la Palabra de
Dios con corazón contrito, espíritu de oración y disposición a ser en-
señados. No hemos de pensar, como los judíos, que nuestras propias
ideas y opiniones son infalibles; ni, como los papistas, que ciertos
individuos son los únicos guardianes de la verdad y el conocimiento,
y que los hombres no tienen derecho a investigar las Escrituras por
sí mismos, sino que deben aceptar las explicaciones dadas por los
padres de la iglesia. No debemos estudiar la Biblia con el propósi-
to de sostener nuestras opiniones preconcebidas, sino con el único
objeto de aprender lo que Dios ha dicho.
Algunos han temido que si admitían haberse equivocado en un
solo punto siquiera, otras mentes se verían inducidas a dudar de
toda la teoría de la verdad. Por lo tanto, han creído que no debiera
permitirse la investigación, que ésta tendería a la disensión y la
desunión. Pero si tal ha de ser el resultado de la investigación, cuanto
antes venga tanto mejor. Si hay personas cuya fe en la Palabra de
Dios no resiste la prueba de una investigación de las Escrituras,
cuanto antes se manifiesten, tanto mejor; pues entonces se abrirá el
camino para mostrarles su error. No podemos sostener que ninguna
posición, una vez adoptada, ninguna idea, una vez defendida, no
habrá de ser abandonada en circunstancia alguna. Hay solamente
Uno que es infalible: Aquel que es el camino, la verdad y la vida.
Los que permiten que el prejuicio impida que la mente reciba
la verdad, no pueden ser receptáculos de la iluminación divina. Sin
embargo, cuando se presenta una interpretación de las Escrituras,
muchos preguntan “¿es correcta? ¿está en armonía con la Palabra de
[106]
Dios?” sino “¿quién la sostiene”, y a menos que venga precisamente
por el medio que a ellos les agrada, no la aceptan. Tan plenamente
satisfechos se sienten con sus propias ideas, que no quieren examinar
100