Página 24 - La Temperancia (1976)

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La Temperancia
placencia del apetito fortalece las inclinaciones animales dándoles
la preeminencia sobre las facultades mentales y espirituales.—
The
Review and Herald, 25 de enero de 1881
.
Se cierra el registro de la vida en la disipación
—Muchos des-
perdician las últimas preciosas horas de su tiempo de gracia en
escenas de algazara, banqueteo y diversiones, donde no se da cabida
a pensamientos serios, donde el espíritu de Jesús no sería bienveni-
do. Sus últimas horas preciosas están pasando mientras sus mentes
están nubladas por el tabaco y las bebidas alcohólicas. No son pocos
los que pasan directamente de los antros de la infamia al sueño
de la muerte; cierran el registro de su vida en compañía del vicio
y la disipación. ¡Cómo será el despertar en la resurrección de los
injustos!
El ojo del Señor advierte cada escena de diversión degradante
y de profana disipación. Las palabras y acciones de los amadores
del placer pasan directamente de esos antros del vicio al libro de
los registros finales. ¿Qué valor tiene para el mundo la vida de esta
clase de gente, salvo el de un faro de advertencia para aquellos que
desean ser amonestados a no vivir como esos hombres y a morir
como muere el necio?—
The Signs of the Times, 6 de enero de 1876
.
El cristiano domina su apetito
—Ningún cristiano introducirá
en su organismo alimento o bebida alguna que entorpezca sus sen-
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tidos, o que actúe de tal manera sobre el sistema nervioso que le
haga rebajarse a sí mismo o lo incapacite para ser útil. El templo
de Dios no debe ser profanado. Las facultades de la mente y del
cuerpo deben ser mantenidas en salud para que puedan ser usadas
para glorificar a Dios.—
Manuscrito 126, 1903
.
Con incesante vigilancia
—Los apetitos naturales de los hom-
bres han sido pervertidos por la complacencia Mediante la satisfac-
ción pecaminosa [sus apetitos] se han convertido en “deseos carnales
que batallan contra el alma”. A menos que el cristiano vele en ora-
ción, está dando rienda suelta a hábitos que debieran ser vencidos.
A menos que sienta la necesidad de constante e incesante vigilancia,
sus inclinaciones, profanadas y desviadas, serán el medio que los
apartará de Dios.—
Manuscrito 47, 1896
.
El apetito complacido, enemigo de la perfección cristiana
Es imposible que los que complacen el apetito alcancen la perfección
cristiana.—
Testimonies for the Church 2:400
.