Página 268 - La Temperancia (1976)

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La Temperancia
muerte. Se debe hacer frente a la intemperancia. Mediante esfuerzo
unido e inteligente haced conocer los males de anublar, por el vino
y las bebidas fuertes, las facultades concedidas por Dios. La ver-
dad debe llegarle a la gente mediante la reforma pro salud. Esto es
esencial a fin de atraer la atención respecto a la verdad de la Biblia.
Dios requiere que su pueblo sea temperante en todas las cosas. A
menos que practiquen la temperancia, no serán, no podrán ser santifi-
cados por la verdad. Sus mismos pensamientos y mentes se tornarán
depravados. Muchos de aquellos a quienes se considera desespera-
damente corrompidos podrían, si se los instruyera adecuadamente
tocante a sus prácticas malsanas, ser atraídos por la verdad. Entonces
podrían ser vasos elevados, ennoblecidos, santificados y aptos para
el uso del Maestro. Salid con vuestras manos llenas de material de
lectura apropiada, y con vuestro corazón lleno del amor de Cristo
por sus almas, alcanzándolos donde se encuentren.—
Manuscrito 1,
1875
.
Organización y preparación para un trabajo efectivo
Necesitamos trabajar por los intereses de la reforma pro temperancia,
y hacer de esto un asunto de vital interés. Esa es una de las formas
en que llegaremos a ser pescadores de hombres. Se está realizando
una buena obra en la difusión de nuestras publicaciones. Juntaos en
grupos para la prosecución de una obra vigilante. Aprended a hablar
de tal modo que no ofendáis. Cultivad la delicadeza en el habla.
Permitid que la gracia de Cristo more copiosamente en vosotros,
hablándoos palabras alentadoras. Dirijo un ferviente llamamiento a
nuestro pueblo: Venid a las filas, venid a las filas.—
Manuscrito 99,
1908
.
Pregonad la advertencia
—Los hijos de Dios han de ser de
mente pronta, rápidos para discernir y aprovecharse de toda oportu-
nidad para el avance de la causa del Señor. Tienen un mensaje que
llevar. Mediante la pluma y la voz han de pregonar la nota de adver-
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tencia. Oirán sólo unos pocos; sólo unos pocos tendrán oídos para
oír. Satanás ha inventado astutamente muchas formas de mantener
a los hombres y mujeres bajo su influencia. Les hace debilitar sus
órganos mediante la complacencia del apetito pervertido y por la
indulgencia en los placeres del mundo. Las bebidas embriagantes,
el tabaco, el teatro y las carreras de caballos—éstos y muchos otros
males están entorpeciendo las sensibilidades del hombre y llevando