Página 94 - La Temperancia (1976)

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La Temperancia
Mediante esta obra estaréis enseñando a los pacientes, y también a
otros, cómo cuidar de sí mismos cuando están enfermos sin recurrir
al uso de las drogas.—
Medical Ministry, 259, 260
.
Nuestras instituciones están establecidas para que los enfermos
puedan ser tratados con métodos higiénicos, descartando casi entera-
mente el uso de las drogas. ... Tendrán que rendir una terrible cuenta
a Dios los hombres que tienen tan poco respeto por la vida humana
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como para tratar tan cruelmente el cuerpo al administrar sus drogas.
... No tendremos disculpa si por ignorancia destruimos el edificio de
Dios, introduciendo en nuestro estómago drogas venenosas bajo una
variedad de nombres que no comprendemos. Es nuestro deber recha-
zar todas las recetas de esta clase. Deseamos construir un sanatorio
donde puedan curarse las enfermedades mediante las provisiones
de la misma naturaleza, y donde pueda enseñarse a la gente cómo
tratarse a sí misma cuando está enferma, donde puedan aprender a
comer con moderación alimentos saludables y se eduquen a rechazar
todos estos elementos dañinos: té, café, vinos y estimulantes de toda
clase, y a descartar la carne de animales muertos.—
Manuscrito 44,
1896
.
Para una obra más efectiva
—No se ventila la cuestión de la
reforma pro salud como debiera hacérselo. Un régimen sencillo
y la ausencia total de drogas, que dejen a la naturaleza libre para
recuperar las energías gastadas del cuerpo, haría que nuestros sa-
natorios fueran mucho más eficientes en restaurar la salud de los
enfermos.—
Carta 73a, 1896
.
Enseñad a los pacientes cómo colaborar con Dios
—Debe en-
señarse a la gente a comprender que es un pecado destruir las ener-
gías físicas, mentales y espirituales, y que debe comprender cómo
colaborar con Dios en su propio restablecimiento. Mediante la fe
en Cristo pueden vencer el hábito de usar estimulantes y drogas que
destruyen la salud.—
Manuscrito 12, 1900
.
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