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La Verdad acerca de los Angeles
estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de
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vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”.
Hechos
1:11
.
Estos ángeles pertenecían al grupo que había estado esperando
en una nube resplandeciente para escoltar a Jesús hasta su hogar
celestial. Eran los más exaltados de la hueste angélica, los dos que
habían ido a la tumba en ocasión de la resurrección de Cristo y
habían estado con él durante toda su vida en la tierra.—
El Deseado
de Todas las Gentes, 771
.
Cristo fue llevado al cielo en una nube compuesta de ángeles
vivientes.—
Manuscript Releases 17:2
.
Mientras el carro de ángeles le recibía, los discípulos oyeron sus
palabras: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin
del mundo”.
Mateo 28:20
.—
Los Hechos de los Apóstoles, 53
.
Miles y miles de ángeles escoltaron a Cristo en su viaje a la
ciudad de Dios, cantando: “Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y
alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria”. Y los
ángeles centinelas a la puerta exclamaron: “¿Quién es este Rey de
gloria?”
Salmos 24:7-10
.—
The Review and Herald, 29 de julio de
1890
.
Cuando Cristo se aproximaba a la ciudad de Dios... miles de
voces se elevaron, y los más exaltados ángeles cantaban: “Alzad,
oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y
entrará el Rey de gloria”.—
The Ellen G. White 1888 Materials, 127
.
Otra vez se escucha la pregunta: “¿Quién es el Rey de gloria?”
Y los ángeles acompañantes responden: “Jehová de los ejércitos, él
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es el Rey de la gloria”. Y la embajada celestial pasa a través de las
puertas.—
The Review and Herald, 29 de julio de 1890
.
Cuando Cristo ascendió a lo alto llevando cautiva la cautividad,
escoltado por la hueste celestial y recibido a las puertas de la ciudad,
poseía la misma exaltada posición que había tenido antes de venir al
mundo a morir por el hombre.—
Spiritual Gifts 4a:119
.
Cristo es escoltado a la presencia del padre
Está el trono, y alrededor de él, el arco de la promesa. Están
los querubines y serafines, y los ángeles lo rodean. Cristo se ade-
lanta y entra en la presencia del Padre. Le muestra las primicias