Los ángeles en el tiempo del éxodo
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poner fin a la servidumbre de su pueblo. Suponiendo Moisés que
los hebreos habían de obtener su libertad mediante la fuerza de
las armas, esperaba dirigir las huestes hebreas contra los ejércitos
egipcios.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 251
.
Moisés permaneció en la corte hasta los cuarenta años de edad...
Un día, en una de sus visitas, al ver que un egipcio golpeaba a
un israelita, se arrojó sobre aquél y le dio muerte... y... sepultó
inmediatamente el cuerpo en la arena... Moisés huyó hacia Arabia...
Después de un tiempo, Moisés se casó con una de las hijas de Jetro;
y allí, al servicio de su suegro como pastor de ovejas, permaneció
por espacio de cuarenta años.—
Historia de los Patriarcas y Profetas,
252-253
.
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Moisés en Madián
Si se hubieran abierto sus ojos, Moisés hubiese visto a los men-
sajeros de Dios, puros y santos ángeles, cuidándolo amorosamente y
derramando su luz alrededor de él.—
The Signs of the Times, 19 de
febrero de 1880
.
Mientras estaba dedicado a sus deberes, Moisés vio una zarza
cuyo tronco, ramas y follaje ardían pero no se consumían. Se acercó
para ver esa maravilla y una voz se dirigió a él desde las llamas. Era
la voz de Dios. Era Aquél que en tiempos pasados se había revelado
a los padres como el Angel del pacto. Moisés se estremeció de terror
al escuchar al Señor mencionar su nombre. Con labios trémulos
respondió: “Heme aquí”. Se le amonestó entonces a no acercarse
a su Creador con una familiaridad indebida: “Quita tu calzado de
tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es... Entonces
Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios”.
Éxodo
3:4-6
.—
The Signs of the Times, 26 de febrero de 1880
.
Con su esposa y sus hijos, Moisés emprendió el viaje [hacia
Egipto]... Mientras se alejaba de Madián, Moisés tuvo una terrible y
sorprendente manifestación del desagrado del Señor. Se le apareció
un ángel en forma amenazadora, como si fuera a destruirle inme-
diatamente. No le dio ninguna explicación; pero Moisés recordó
que había desdeñado uno de los requerimientos de Dios, y cediendo
a la persuasión de su esposa, había dejado de cumplir el rito de la
circuncisión en su hijo menor. No había cumplido con la condición