Los ángeles en el tiempo del éxodo
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Moisés y Aarón entraron en los señoriales salones del rey de
Egipto. Allí,... ante el monarca del reino más poderoso de aquel
entonces, estaban de pie los dos representantes de la raza esclavizada,
con el objeto de repetir el mandato de Dios que requería que Israel
fuese librado. El rey exigió un milagro, como evidencia de su divina
comisión... Aarón tomó la vara y la arrojó al suelo ante Faraón.
Ella se convirtió en serpiente. El monarca hizo llamar a sus “sabios
y hechiceros” y “echó cada uno su vara, las cuales se volvieron
culebras; mas la vara de Aarón devoró las varas de ellos”.
Éxodo
7:11-12
...
Los magos no convirtieron sus varas en verdaderas serpientes;
ayudados por el gran engañador, produjeron esa apariencia mediante
la magia. Estaba más allá del poder de Satanás cambiar las varas en
serpientes vivas. El príncipe del mal, aunque posee toda la sabiduría
y el poder de un ángel caído, no puede crear o dar vida; esta prerro-
gativa pertenece sólo a Dios. Pero Satanás hizo todo lo que estaba a
su alcance. Produjo una falsificación. Para la vista humana las varas
se convirtieron en serpientes... Nada había en su apariencia que las
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distinguiese de la serpiente producida por Moisés. Aunque el Señor
hizo que la serpiente verdadera se tragara a las falsas, Faraón no lo
consideró como obra del poder de Dios, sino como resultado de una
magia superior a la de sus siervos.
Faraón deseaba justificar la terquedad que manifestaba al resis-
tirse al divino mandato, y buscó algún pretexto para menospreciar
los milagros que Dios había hecho por medio de Moisés. Satanás
le dio exactamente lo que quería. Mediante la obra que realizó por
intermedio de los magos, hizo aparecer ante los egipcios a Moisés y
Aarón como simples magos y hechiceros, y dio así a entender que su
demanda no merecía el respeto debido al mensaje de un ser superior.
En esta forma la falsificación satánica logró su propósito; envalen-
tonó a los egipcios en su rebelión y provocó el endurecimiento del
corazón de Faraón contra la convicción del Espíritu Santo. Satanás
también esperaba turbar la fe de Moisés y de Aarón en el origen
divino de su misión.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 267-269
.
Cuando se hicieron los milagros delante del rey, Satanás estuvo
presente para contrarrestar la influencia que podrían ejercer, e impe-
dir que Faraón reconociera la soberanía de Dios y que obedeciera
su mandato. Satanás obró hasta el límite de su poder para falsificar