Página 315 - La Voz

Basic HTML Version

El canto en el pueblo de Israel
311
Los Salmos de David son una inspiración constante
—La co-
munión con la naturaleza y con Dios... no sólo había de moldear el
carácter de David, e influir en su vida futura, sino que también por
medio de los salmos del dulce cantor de Israel, en todas las edades
venideras, habrían de comunicar amor y fe al corazón de los hijos de
Dios, acercándolos al corazón siempre amoroso de Aquel en quien
viven todas sus criaturas.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 694,
695
.
Adoración de David por el canto
—Las revelaciones diarias
del carácter y la majestad de su Creador, henchían el corazón del
poeta de adoración y regocijo.
En la contemplación de Dios y de sus obras, las facultades de la
mente y del corazón de David, se desarrollaban y fortalecían para
la obra de su vida ulterior. Diariamente iba participando en una
comunión más íntima con Dios. Su mente penetraba constantemente
en nuevas profundidades, en busca de temas que le inspirasen cantos
y arrancasen música a su arpa. La rica melodía de su voz, difundida
a los cuatro vientos, repercutía en las colinas como si fuera en
respuesta a los cantos de regocijo de los ángeles del cielo.—
Historia
de los Patriarcas y Profetas, 694
.
[499]
Música del cielo para el rey Saúl
—En la providencia de Dios,
David, como hábil tañedor de arpa, fue llevado ante el rey. Sus
sublimes acordes inspirados por el cielo tuvieron el efecto deseado.
La melancolía cavilosa que se había posado como una nube negra
sobre la mente de Saúl, se desvaneció como por encanto.—
Historia
de los Patriarcas y Profetas, 696
.
Consuelo por medio de la música
—Había estado [David] en
la corte del rey, y había visto las responsabilidades reales. Había
descubierto algunas de las tentaciones que asediaban el alma de
Saúl, y había penetrado en algunos de los misterios del carácter y el
trato del primer rey de Israel. Había visto la gloria real ensombrecida
por una nube obscura de tristeza, y sabía que en su vida privada la
casa de Saúl distaba mucho de tener felicidad. Todas estas cosas
provocaban inquietud en el que había sido ungido para ser rey de
Israel. Pero cuando se sentía absorto en profunda meditación, y
atribulado por pensamientos de ansiedad, echaba mano a su arpa y
producía acordes que elevaban su mente al Autor de todo lo bueno,