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La influencia de las palabras
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Presentad la Palabra con el método de Cristo
—En este tiem-
po, se han dado a los siervos de Dios las más solemnes verdades que
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proclamar, y sus acciones, métodos y planes, deben corresponder
a la importancia de su mensaje. Si usted está presentando la pala-
bra según el método de Cristo, su auditorio quedará profundamente
impresionado, con las verdades que enseña. A ellos les llegará la
convicción, de que ésta es la palabra Dios.—
Testimonies for the
Church 9:143
.
La importancia de cada palabra
—Cada palabra pronunciada
ejerce su influencia, cada acto implica una serie de responsabilidades.
Nadie vive para sí en este mundo, aunque quiera. Cada uno forma
parte de la gran red de la humanidad, y por intermedio de nuestros
hilos individuales de influencia, estamos ligados al universo. Cristo
usó su influencia para atraer a los hombres a Dios, y él nos ha dejado
un ejemplo de cómo debemos hablar y actuar. La persona amoldada
por el Espíritu de Dios, sabrá cómo hablar una “palabra de aliento
al cansado”, y comprenderá lo que es el supremo gozo humano de
impartir a otros, los preciosos tesoros de la sabiduría y la gracia
de Cristo. Pero los que prefieren ser controlados por el enemigo de
todo bien, hablarán palabras que nunca debieran pronunciarse.—
The
Review and Herald, 16 de febrero de 1897
.
Las huellas de cada palabra y cada acto
—“Somos colabora-
dores con Dios”.
1 Corintios 3:9
. El nos usará a usted y a mí y a cada
ser humano que entre en su servicio, si nos sometemos a su direc-
ción. Cada uno debe mantenerse en su puesto de atalaya, escuchando
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atentamente lo que el Espíritu tenga que decirle, recordando que
cada una de sus palabras y acciones hacen una impresión, no sólo en
su propio carácter, sino también en los caracteres de aquellos, con
los cuales se relaciona.—
Testimonies for the Church 8:172
.
Palabras de amor que santifican nuestra influencia
Nuestro deber consiste en vivir en la atmósfera del amor de Cristo,
en respirar su amor profundamente, y en reflejar su calor a nuestro
alrededor. ¡Oh, qué esfera de influencia se abre ante nosotros! Cuán
cuidadosamente debiéramos cultivar el jardín del alma, para que
pueda producir únicamente flores puras, dulces y fragantes. Palabras
de amor, de ternura y de caridad, santifican nuestra influencia sobre
los demás.—
Nuestra Elavada Vocacion, 177
.