Página 62 - La Voz

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Capítulo 13—Su amor, simpatía y bondad
Siempre mostraba tacto, nunca severidad
—El Salvador no
suprimió nunca la verdad, sino que la declaró siempre con amor. En
su trato con los demás, él manifestaba el mayor tacto, y era siempre
bondadoso y reflexivo. Nunca fue rudo, nunca dijo sin necesidad
una palabra severa, nunca causó pena innecesaria a un alma sen-
sible. No censuró la debilidad humana. Denunció sin reparos la
hipocresía, incredulidad e iniquidad, pero había lágrimas en su voz,
cuando pronunciaba sus penetrantes reprensiones. Nunca hizo cruel
la verdad, sino que manifestó siempre profunda ternura hacia la
humanidad.—
Obreros Evangélicos, 123
.
Sus palabras eran como un bálsamo
—Multitudes que no se
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interesaban en las arengas de los rabinos, eran atraídas por su ense-
ñanza. Podían comprender sus palabras, y sus corazones eran conso-
lados y alentados. Hablaba de Dios, no como de un Juez vengador,
sino como de un Padre tierno, y revelaba la imagen de Dios reflejada
en sí mismo. Sus palabras eran como bálsamo para el espíritu herido.
Tanto por sus palabras, como por sus obras de misericordia, estaba
quebrantando el poder opresivo de las antiguas tradiciones y de los
mandamientos de origen humano, y presentaba el amor de Dios en
su plenitud inagotable.—
El Deseado de Todas las Gentes, 174, 175
.
Mostraba simpatía al hablar y al escuchar
—La vida de Cris-
to, estuvo henchida de palabras y obras de benevolencia, simpatía y
amor. Siempre estaba dispuesto a escuchar las quejas, y aliviar los
sufrimientos de quienes se llegaban a él. Con la salud recobrada,
multitudes de personas llevaban en su propio cuerpo, la prueba del
poder divino de Jesús. Sin embargo, después de realizado el prodi-
gio, muchos se avergonzaban del humilde, y no obstante poderoso
Maestro. El pueblo no estaba dispuesto a aceptar a Jesús, porque los
gobernantes no creían en él. Era Jesús varón de dolores, experimen-
tado en quebrantos. Los caudillos judíos, no podían dejar que los
rigiese la vida austera y abnegada de Jesús. Deseaban disfrutar de
los honores que el mundo otorga. A pesar de todo, muchos seguían
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